Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

The Batman Dir. Matt Reeves

Cumpliendo con la obligación de crear una versión cinematográfica más de Batman, Matt Reeves presenta la que, en muchos aspectos, podría ser la más cercana y fiel representación del personaje, como ha sido manejado desde la época oscura de los cómics, en los ochenta.

Cumpliendo con la obligación de crear una versión cinematográfica más de Batman, Matt Reeves presenta la que, en muchos aspectos, podría ser la más cercana y fiel representación del personaje, como ha sido manejado desde la época oscura de los cómics, en los ochenta. Una de las obras fundamentales de Frank Miller que informa la cinta es Batman Año Uno (1987), aunque el cómic original manejaba temas más maduros y es justo aquí donde está el problema y la paradoja. Lo que viene sucediendo con las interpretaciones de Batman en cine, desde hace más de treinta años (iniciando con Batman 1989 de Tim Burton), ha sido una constante inclinación hacia la oscuridad y "seriedad" del personaje, sin contar los dos intentos fallidos de Joel Schumacher por aligerar el tono y "enderezar" el curso (Batman Forever 1995 y Batman y Robin 1997).

La obstinación por vender una visión más cruda del caballero de la noche es consecuencia directa de una intención malsana, de alejarse de la versión camp de los sesenta, interpretada por Adam West, que dicho sea de paso, sigue siendo la mejor adaptación del personaje hasta la fecha, por innumerables razones.

Sin embargo, tanto creadores, productores, ejecutivos, estudios, como el mayor porcentaje del público consumidor, parecen sentirse avergonzados del origen y esencia de lo que producen/consumen. Historietas para niños. Por ende esta constante intención de actualizar el material y hacerlo "adulto". Lo cual resulta en una interminable tarea de Sísifo. Matt Reeves queda encargado de la nada envidiable faena, que consiste en hacer un Batman para adultos pero con clasificación para todo público. Así, su solución es presentar una trama que convierte al Acertijo (Paul Dano) en un sádico asesino serial, al estilo de Saw, utilizando los elementos estéticos/fotográficos y el misterio detectivesco de Seven de David Fincher. Y para enfatizar aún más la "seriedad" del proyecto, por qué no inflar su duración a tres horas. Afortunadamente, Reeves omite una quincuagésima repetición del origen de Batman, en cambio, inicia con un Bruce Wayne (Robert Pattinson) en su segundo año como vigilante encapuchado de Ciudad Gótica. Aún muy afectado por la muerte de sus padres y puramente enfocado en la venganza, incluso se autodenomina y es llamado por terceros como Venganza.

Pattinson interpreta su papel como el de un hombre enfermo y obsesionado por castigar al crimen. No existe el conocido Bruce Wayne playboy, sólo un individuo taciturno que deambula en trance cuando está fuera de su uniforme de murciélago, con la omnipresente, y fuera de lugar, canción de Nirvana, Something in the Way, como música de fondo (uno de los grandes errores de la cinta).

En cuanto al reparto y villanos, estos son esterilizados de manera excesiva. Un Pingüino (Collin Farrell) que no puede fumar, por orden del estudio. Una Selina Kyle (Zoe Kravitz) que es mesera y no prostituta (como en Batman Año Uno, que era un historieta para niños), porque sería inapropiado para el público. El resultado es una versión cruda y oscura de tercer milenio que no es capaz de presentar temáticas creadas, sin reparo alguno, para niños de los ochenta.

Independientemente, las interpretaciones son buenas, y la inspiración de la trama y personajes, en su mayor parte de creaciones de Frank Miller y Jeph Loeb ayudan. Sin embargo el guión de Reeves y Peter Crain no hace mucho por imprimir personalidades reales a sus personajes, a pesar del esfuerzo de todos los actores involucrados. Es un hecho que Pattinson es el mejor Wayne/Batman de la edad obscura. Es de agradecer que Reeves y Warner tengan las agallas de, por lo menos, hacer algo lo suficientemente alejado de la ya tan cansada y trillada fórmula Marvel, que aunque por un lado se apegan más a la esencia pop de sus personajes, han llegado al punto de no saber qué hacer, repitiendo el mismo guión treinta veces. Por otro lado, The Batman, con sus intenciones fallidas de cine serio, incluso se atreve a citar a una de las obras maestras de Kurosawa (El infierno del odio, 1963). ¿Y por qué no? George Lucas creó todo un imperio y cambió la historia del cine versionando a Kurosawa en tono ópera espacial.

Entre los aciertos de Reeves, un Batman humano y falible, un muy buen y confiable reparto, una trama que por primera vez reconoce y hace uso de la experiencia como detective del encapuchado. De las fallas, la más grande de todas, recurrir al clímax cliché explosivo/destructivo, apelando al público apasionado de eventos tan edificantes como los espectáculos de autos demoledores.

Hay quienes ven en The Batman un buen inicio sobre el cual se construirá al personaje en el futuro, y las bases son lo suficientemente firmes para seguir imprimiendo dinero por muchos años. Pero quizás ya es un buen momento de que Batman vaya seguido de un buen… nananana nananana.

El autor es editor y escritor en Sadhaka Studio.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados