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Inteligencia cristalizada

<em>“El hombre necesita dificultades, <br />son necesarias para su salud”</em><br />Carl Jung.

Se hizo un estudio sobre diversos trabajos donde se verifica cómo con la edad se va reduciendo la posibilidad de realizar bien el trabajo.

Uno de ellos fue entre umpires de Home de las Grandes Ligas. La conclusión a la que se llegó es que los mejores umpires tenían 18 años menos de experiencia y tenían en promedio 23 años menos de edad que los peores umpires, quienes por cierto tienen 56 años de edad promedio.

Otra profesión que requiere rapidez de proceso mental y gran capacidad de análisis es la de controlador aéreo. En USA por ley la edad de retiro de estas personas es de 56 años.

¿Qué hacer?

Si en un momento dado en la profesión que uno participa es inevitable la declinación de las facultades para poder trabajar bien, que se puede hacer al respecto.

En la década de los 40’s siglo pasado un psicólogo inglés, Raymond Catell introdujo dos conceptos, el de inteligencia fluida, y el de inteligencia cristalizada.

La fluidez es la habilidad para razonar, analizar, y resolver problemas novedosas. Los innovadores por ejemplo tiene un alto grado de esta inteligencia, es muy alta en jóvenes adultos hasta antes de los 50 años.

Es por ello que empresarios de la tecnología lo hacen muy bien en los 20’s y 30’s de edad.

La cristalizada es la habilidad para usar conocimiento adquirido en el pasado. Es prácticamente como tener una vasta librería y saber cómo usarla. Se puede afirmar que es como la esencia de la sabiduría. Y este conocimiento se puede ir incrementando durante toda la vida.

Aquí hay una lección práctica que podemos extraer: no importa qué combinación de inteligencia requiere tu trabajo, puedes terminar tu carrera profesional transitando del manejo de la innovación hacia una labor más enfocada a transmitir conocimientos y experiencias.

Convertirte, si eres empresario por ejemplo, de ser un operador en la empresa propia o dónde colaboras, a ser un individuo que asesora y guía a sus colaboradores y equipo de trabajo.

Hay que tener muy claro cuál será tu rol en una tercera y última etapa de tu vida profesional. Hay muchos libros que te enseñan a ser más productivos, pero no hay ninguno que te diga como manejar tu declive profesional.

La experiencia adquirida puede ayudarles a las personas con inteligencia cristalizada a sintetizar y explicar ideas complicadas, o sea pueden ser unos excelentes maestros para los colaboradores en la empresa, y no se diga con las siguientes generaciones en la familia.

Conclusión.

Arthur Brooks, profesor de Harvard, lanza una advertencia a los empresarios exitosos: están tan ilusionados con su empresa, y son tan buenos para hacer dinero, que a pesar de una edad ya mayor continúan trabajando amasando dinero, con una fortuna que garantizan patrimonio hasta los bisnietos. Aquí el problema puede radicar, afirma Brooks, que tienen ligada su felicidad al tamaño del balance. Conforme envejezcamos debemos desprendernos más de las cosas, y así poder encontrar quienes somos realmente, y por lo tanto vivir más en paz consigo mismo.

*- El autor es socio del Despacho Asesores Ballesteros.

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