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Santa María Encuestadora

Una encuesta de opinión no es un sustituto para el pensamientoWarren Buffet

En cada proceso electoral circulan opiniones de todo tipo sobre las encuestas, muchos de ellos interesantes pero la mayoría llenos de errores fundamentales producto de la ignorancia y aderezados por la pasión de las campañas.

Te voy a compartir cuatro razones sobre por qué una encuesta no debería equipararse al resultado electoral, todas ellas ya han sido explicadas en diversos medios por Roy Campos, uno de los encuestadores líderes de América Latina que, por más criticado que sea, cuenta con una de las carteras de clientes más respetadas del mundo político y comercial. Dudo que las marcas más importantes del mercado sean tan estúpidas como para tirar su dinero en una agencia como Consulta Mitofsky. No defiendo a nadie, solo aclaro puntualmente porque solo así se matan los argumentos de sabiondos, envidiosos y perdedores.

Estas son las cuatro razones más importantes de por qué una encuesta no puede equipararse a un resultado electoral.

1.- En la encuesta se visita al ciudadano y aplica el cuestionario; en la otra el ciudadano debe salir a votar.

2.- Lo que los ciudadanos sienten y opinan hoy, no precisamente debe ser lo mismo que el día de la votación. Ya pasó en España y lo estamos viendo en CDMX después de la tragedia de la línea 12 del Metro; MORENA está en aprietos.

3.- Tener una preferencia no es lo mismo que votar; la preferencia es una intención, el voto es una acción concreta.

4.- Ni todos los que votan fueron encuestados, ni todos los que son encuestados salen a votar. Es decir, al final del día hay factores que pueden alterar lo esperado. Por ejemplo: movilización de votos duros y acarreo, la no apertura de casillas, violencia en las calles, presión gubernamental o del crimen organizado, fenómenos climáticos, etc.

Por último, déjame darte tres recomendaciones más para que observes con objetividad estos ejercicios y, de una vez por todas, dejes de poner en un altar a las encuestas.

1.- Las buenas encuestas, las que quieren medir a todos, deben garantizar que el marco de donde se toma la muestra incluya a TODOS y eso sólo lo hace una encuesta en viviendas. No digo que las encuestas telefónicas no sean buenas o las que se hacen en redes sociales, solo estoy diciendo que estas no incluyen la posibilidad de que TODOS sea encuestados porque no todos están en redes ni todos tienen línea telefónica en casa.

2.- No existe “el mejor” método para hacer una encuesta, nadie tiene “la metodología” lista para aplicarse en cualquier tiempo y lugar, depende de la población y el fenómeno a medir, así que quien venda recetas mágicas está vendiendo eso: show.

3.-Descubrir una encuesta falsa no es fácil, por eso se entiende el ruido que pueden generar, pero con un poco de paciencia y conocimiento es posible conocer si es confiable o no. Algunos tips son: investiga sobre la empresa que firma los resultados, identifica qué medios de comunicación las difunden, generalmente los medios importantes y con reputación verifican que la fuente sea real o que el método sea razonable. Aún así, nadie se escapa de errores y trampas.

Ahí está, depende de ti tomar 30 segundos más y reflexionar sobre las encuestas, o ser parte de una horda de simios repitiendo mantras absurdas dictadas por las redes sociales o desde el púlpito mañanero de Palacio Nacional.

Vota, que tu coraje se transmita en un voto por quien se te pegue la gana, pero vota. Amén.

* El autor es Director de Testa Marketing, investigación de mercados.

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