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Tiranía

La tiranía en el sentido que se dio al término en la Grecia antigua, era el régimen de poder absoluto, de ordinario unipersonal, instaurado por un tirano.

La tiranía en el sentido que se dio al término en la Grecia antigua, era el régimen de poder absoluto, de ordinario unipersonal, instaurado por un tirano; el gobernante que había accedido al poder mediante la violencia, derrocando al anterior gobierno de una polis (las ciudades-Estado griegas), gracias al apoyo popular (el del demos, «pueblo») o mediante un golpe de Estado militar o una intervención extranjera. El tirano ocupaba el poder no por derecho, sino que lo detentaba por la fuerza (de facto). Para la mentalidad moderna, la tiranía se identifica con un uso abusivo y cruel del poder político que se ha usurpado, un poder no solo ilegítimo por su origen, sino también injusto por su ejercicio y que reprime cualquier oposición; pero entre los antiguos griegos, sin embargo, el término no estaba tan cargado de connotaciones peyorativas: en principio tenía una connotación positiva, puesto que muchos tiranos eran queridos y muy populares entre los ciudadanos de las polis (hasta el punto que algunos se contaron en la lista de los siete sabios de Grecia), aunque la «demagogia» o «populismo» de su forma de acceder al poder y conservarlo, también fueran criticadas por los anteriores ocupantes del poder (la aristocracia), y la corrupción política de su ejercicio por parte de muchos de ellos terminara convirtiendo en odiada la figura de los tiranos, que pasaban a ser a su vez depuestos o incluso asesinados. En sentido vulgar un tirano es un rey que gobierna con violencia y sin respeto a la justicia ni a las leyes. Pero tomándolo rigurosamente, un tirano es un particular que se arroga la autoridad real sin tener derecho a ella: así entendían los griegos la palabra tiranos, y la atribuían indiferentemente a los buenos y a los malos príncipes cuya autoridad no era legítima, en cuyo supuesto tirano y usurpador son dos palabras sinónimas. El tirano es el que se mete contra las leyes a gobernar según ellas; y el déspota es el que se hace superior a las mismas leyes. Así el tirano puede dejar de ser déspota; pero el déspota es siempre tirano. Una tiranía es un gobierno ejercido por un tirano. Como tal, es una forma de gobierno que se caracteriza por que quien lo ejerce goza de un poder total o absoluto, no limitado por las leyes, y se comporta de manera autoritaria y despótica. Actualmente, los tiranos pueden acceder al poder bien por vías legales, mediante la victoria en unas elecciones democráticas o bien por la fuerza, a través de golpes de Estado. Los tiranos suelen ser populistas y demagogos, que mandan a voluntad, sin respeto por las leyes, incurriendo en muchos casos en la violación de las libertades individuales. De allí que sea común que el concepto de tiranía se atribuya a gobiernos que se caracterizan por ser fuertemente demagógicos y arbitrarios. La tiranía es sinónimo de dictadura, autocracia, despotismo, autoritarismo o totalitarismo. Como tiranía, por otra parte, puede denominarse el abuso que, en grado extremo, hace una persona de cualquier poder o superioridad: “En el organismo operador del agua manejan los asuntos de los ciudadanos con tiranía”. En sentido figurado, por otro lado, se dice que la tiranía es el dominio excesivo que una pasión ejerce sobre la voluntad de una persona: “Está bajo la tiranía del orgullo”. La tiranía, según Aristóteles, es el peor régimen político, pues es la degradación de un gobierno que resulta de una mezcla de los vicios de la oligarquía y la demagogia. Para el filósofo, además, la tiranía es el gobierno de una sola persona (el tirano), que tiene como único fin su propio interés personal. Los tiranos, pues, en la opinión de Aristóteles, han sido fundamentalmente demagogos, que se han ganado el favor del pueblo a partir de la calumnia de los notables.

*El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.

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