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Otra triste historia marina

El lobo marino (Zalophus californianus), es conocido por muchos como “foca”, que no es.

El lobo marino (Zalophus californianus), es conocido por muchos como “foca”, que no es. La foca es de menor tamaño. El lobo llega a medir hasta 2.5 metros de longitud y pesar 360 kilos. Es un mamífero marino de gran tamaño que se disputa la cima de la pirámide de la vida marina con los tiburones. Para muchos costeños su carne es comestible. En una ocasión que un lobo se enganchó de mi anzuelo y lo acercamos al bote para liberarlo un marinero tomó un bate para matarlo y no lo dejé. Extrañado me dijo “salen muy buenos tamales” Hasta el siglo XIX no sólo se comía su carne en las costas mexicanas, sino que se utilizaba su grasa en forma de aceite para lámpara.
Pero sus poblaciones se vieron reducidas debido a un aprovechamiento insustentable y el Gobierno Mexicano decidió protegerlo. Su caza está vedada y se encuentra clasificado “bajo protección especial”, al igual que el borrego cimarrón. No obstante, en el abandono que se tienen los mares mexicanos, muchos pescadores le disparan porque lo consideran un competidor: él también come pescado. Las redes o chinchorros de mala amplia entrampan lobos que mueren asfixiados ya que como todo mamífero, requiere salir a la superficie a respirar, no es un pez.
Recuerdo un encuentro cercano con un enorme macho en San Antonio del Mar, B.C. Estando acampada toda mi familia, el lobo salió a asolearse a la playa. Mi padre tomó una horquilla “almejera” y Yo la cámara de ocho milímetros de cuerda y le filme todo un rollo de la diminuta película. Casualmente, en estos días la hemos disfrutado de nuevo digitalmente como un grato recuerdo de familia. Mi padre hizo cuanto pudo para detener el camino del animal al mar con la horquilla y facilitó filmar esa escena de hace ya 62 años. De 1990 a 2005 que pescamos seguido en la costa del Océano Pacífico, constatamos la abundancia relativa de este mamífero al que en Ensenada, B.C., ya se le considera una plaga.
Pero empieza a escribirse otra triste historia marina mexicana, particularmente en Baja California. Los chinos consideran afrodisíaco al pene del macho al  igual que la vejiga nataroria de la totoaba. Y ya le pusieron precio también. Me reportan que en las islas del Golfo de California, particularmente desde la isla San Lorenzo en el Sur, hasta Isla Consag en el Norte, cazadores furtivos embarcados y equipados con armas de alto poder  están haciendo matazones de lobos marinos machos para arrancarles sus genitales que luego deshidratan al Sol y venden a compradores chinos de buches de totoaba. Para ciertos orientales tiene propiedades afrodisíacas y pagan muy bien por ellos. Otra vez una creencia sin fundamento científico pondrá en riesgo a esta especie, como ha sucedido con el cuerno de rinoceronte, la vesícula de oso o la garra de tigre. En pleno siglo XXI, en el que se suponía que la posmodernidad y la Ciencia regirían, estos mitos siguen presentes y destruyendo biodiversidad.

 

*- El autor es investigador ambiental independiente.

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