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Termómetro mental

El racismo invertido, que no inverso, es un constructo que elaboro para reflexionar sobre el inesperado reclamo al rey Felipe VI y al papa Francisco de pedir perdón a los pueblos originarios, y de paso a México. Existe un concepto que es el de racismo inverso, ese con el cual la supremacía blanca se queja de padecer discriminación por "güera". Esto es una falacia. No es cierto que sufren discriminación por ser blancos en medio de un ambiente de dominación blanca. Lo que trato de exponer con racismo invertido evoca al espejo que refleja la mirada del otro. Todo espejo nos muestra cómo nos imaginamos vistos, nos vemos en el espejo. Los grupos que padecen racismo suelen identificarse con el amo, y al ser víctimas de discriminación racial por mucho tiempo, pueden asumir consciente o inconscientemente el blanco como ideal de belleza. En nuestra cultura mestiza suele haber ese efecto en donde se aspira a la blancura en la imagen. Antes era políticamente correcto celebrar el casamiento con un güero, se decía jocosamente “para mejorar la raza”, pero recordemos el chiste y su relación con lo inconsciente. Al celebrar el comentario se decía indirectamente que efectivamente cuanto menos indio más atractivo serás. Eso está presente, como espejo enterrado, o submarino diría AMLO. Nuestro Presidente asegura que en ese inconsciente hay un racismo, de acuerdo, pero lo cree ver en las críticas a su solicitud de perdón. Me parece muy bien de hablar de lo enterrado de la historia, de lo reprimido de nuestros orígenes. El eje dual social indio/español determinó a la época de la Colonia y a partir de la Independencia se tomó otra identidad donde gradualmente era más tolerado el mestizaje. Sin embargo, el racismo original de la Colonia persiste. Basta con ver la televisión mexicana donde los personajes más populares e importantes tienden a evitar los rasgos indígenas. Nos muestran lo que más nos gusta, la televisión mexicana es un reflejo de nuestros ideales. Ponen lo que venda, responden al ideal de belleza del consumidor para que compremos un producto específico. Lo reprimido, lo submarino, de las críticas a la petición de AMLO es más complejo que un racismo contra los pueblos originarios. Se antoja primero hacer un ejercicio de reflexión de nosotros como cultura para identificar nuestro racismo interno. Recibir el perdón de los conquistadores originales es imposible, pedírselo hoy en día a estas dos figuras forma parte de ese campante “perdonismo” políticamente correcto. AMLO pide un perdón personalizado a México, no importa si ya se ha ofrecido una disculpa por la Conquista y Colonia en Latinoamérica. “Nuestra relación con España es tan conflictiva como nuestra relación con nosotros mismos”, dice en "El espejo enterrado" de Carlos Fuentes. * El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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