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Termómetro mental

El sexo y el Internet, vaya combinación. El siglo XX no llegó ni a soñar lo que sucedería con la forma de enamorarse y de tener actividad sexual. Todo indica que terminaremos este siglo con un mundo cuya forma de relación pasional será dominantemente virtual y robótica. Aunque ya habíamos visto enamoramientos de hombres con muñecas, sobre todo inflables, era algo muy patológico y raro. Hoy en día escuchamos cómo se celebran bodas entre un humano y una cosa. En Japón, por lo pronto, es bien visto que alguien se enamore, se case o tenga relaciones sexuales en la red o con un robot, o con una combinación de ambos. Los robots eróticos estarán en la habitación de muchos sin que nadie se sorprenda. Por lo pronto parece ser que conocerse y encontrarse vía Internet es quizá tan frecuente como hacerlo en vivo, cara a cara. Está pasando de ser un medio para conocerse y encontrarse en lo real, a un lugar en el que nunca llegues a tener contacto físico. Las aplicaciones en donde haces amigos que son imágenes virtuales y juntos viajan o se encuentran en un mundo virtual incluye desde la playa hasta la cama. Las relaciones serán mediante unos lentes y algunos artilugios robóticos, estos últimos con fines eróticos. Esta forma dominará haciendo que muchos se pregunten si vale la pena el compromiso de una relación real o dedicarán su vida romántica al mundo virtual. Las relaciones sexuales cuerpo a cuerpo disminuirán contra natura por primera vez en la historia de la humanidad, esto no sin grandes consecuencias. Las mujeres preferirán románticas citas totalmente virtuales y los hombres recurrirán más a la robótica. Incluso la inteligencia artificial identificará tus gustos y te diseñará la pareja ideal. Seguramente será uno de los grandes negocios del futuro de la cibernética. Se ahorrará el maravilloso tiempo de la seducción y la conquista, será amor y sexo al instante. Serán parejas que nunca serán infieles ni decepcionarán ya que se adaptarán a tus necesidades y gustos del momento. Desde ahora lo vemos como un futuro de solitarios frente a una imagen virtual, en un futuro lo verán como una oportunidad de encontrar apoyo y compañía. Los expertos calculan que dentro de veinte años esto será común. Los antros tenderán a desaparecer, menos jóvenes consumirán alcohol, en lugar de cines habrá centros de altísima tecnología imposible de tener en casa en donde se citarán los amigos para juntos, inmersos, en un mundo virtual y robótico “compartir” el tiempo. Las parejas reales disminuirán, sobre todo las matrimoniales. Los nacimientos descenderán muchísimo, el adulto no querrá encargarse de educar y convivir con un niño, será un distractor de ese universo virtual que nos espera como especie. * El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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