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Termómetro mental

Hablemos sobre el fenómeno Yalitza. Como psiquiatra manejo el fetichismo clínicamente, como la excesiva carga libidinal-sexual sobre un objeto o práctica. Por ejemplo, que el objeto de excitación sean los zapatos o los pies. Pero hoy lo usaré en el sentido marxista de las relaciones mercantiles que sobrevaloran objetos materiales o las personas acaban siendo cosificadas. La persona de Yalitza Aparicio me parece encomiable. Su posición no es fácil y sin embargo ha sabido llevar con inteligencia este proceso de fetichización. Escribo esto sin saber los resultados de los óscares, pero para lo que quiero decir da igual un premio más o no. Dudo gane mejor actriz, pero el simple hecho de ser nominada y los premios actorales ya acumulados indica más que una actuación magistral, una fetichización de su persona. La realidad es que se trata de una mixteca representando el papel de una mixteca, actuando de servidumbre. Decir que Yalitza en mucho se interpreta a sí misma, no es una ofensa, es una realidad. Cuarón consiguió actuara con naturalidad y ella es encantadora de por sí. Yalitza se cargó de fama y se volvió un objeto para los medios, como una muñeca. Alguien a quien vestir para posar. Muy gallardamente ha circulado en un mundo que no es ni será el suyo, el de la farándula y la frivolidad. Ser india es lo que le da ese plus para su cosificación. Que nadie se ofenda por nombrar india a una india, decirle indígena (aborigen) es como los americanos hablando de “native americans”, finalmente el término indio recuerda la ignorancia europea de imaginar que había llegado a las indias (Asia) y no a otro continente. Hoy en día el racismo, en nuestro México mestizo, es un resto del colonialismo a erradicar. Debatir sobre la belleza o no de Yalitza es algo racista, nadie debate sobre la belleza o fealdad de Marina de Tavira. Es cosificarla, se ha vuelto una mercancía. Ojalá y saque todo lo que pueda de ingresos por este sometimiento a los reflectores y el glamour americano. La gente le prestó más atención a partir de que los ídolos de la farándula le pusieron atención; los elogios y las rivalidades son una parte más de su fetichización. Decir que es un orgullo que una indígena llegara tan lejos es racista. El psicólogo académico de la UNAM Ricardo Trujillo dijo que es un simulacro más, que es Hollywood lavándose la cara omitiendo lo realmente indígena y “museificando” la diversidad como forma de seguir siendo los mismos. Algo parecido sucedió con la nominación de Black Panther y Bohemian Rapsody. Por cierto, aunque apoyo la gestión de AMLO, opino que sus representaciones indígenas han sido desafortunadas. * El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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