Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / notamigracion

Termómetro mental

Son varios profesionales de la salud mental en Estados Unidos que sostienen hay serios problemas en su salud mental como cultura. Dicho desde Tijuana pareciera ser el burro hablando de orejas, pero ellos tienen su singularidad. La mentalidad americana ha girado de una seguridad narcisista que los hizo sentir protegidos durante decenas de años, nadie los atacaba. No cuento a Pearl Harbor ya que fue una infame declaración de guerra, el giro empieza con la destrucción de las Torres Gemelas. Se tornaron paranoides, primero pasaron por una fase esencialmente antimusulmana, hasta que Trump atrajo la atención a la fantasía de que pueden ser invadidos por masas de criminales, terroristas y hasta violadores del Sur por esa membrana que somos la frontera. La mente colectiva se construye hoy en día en los medios electrónicos, dime qué buscas y te diré qué encontrarás. La realidad se confunde con mensajes falsos como la “emergencia por falta del muro”, como antes la presencia de sustancias para una guerra química, que no había tal, pero justificó una invasión a Irak. Ahora nos toca a nosotros, su frontera Sur. Trump pone de agente agresor (toda paranoia se construye alrededor de un supuesto enemigo) al latino migrante. Padecemos gran incomprensión acerca de quiénes somos realmente en la frontera, inclusive para los mexicanos no fronterizos. El nuevo enemigo en la mente colectiva americana es el migrante del Sur. Ese mexicano o centroamericano que quiere ingresar a territorio estadounidense con malas intenciones. Fenómenos como la serie Narcos han generado un nuevo malo latinoamericano, uno realmente sicópata criminal. Antes de Trump nos veían como uno más de esos que les arreglaban el jardín. Ahora somos hordas que él presenta como zombis tratando de cruzar los muros ya existentes. Fue su bandera electoral y la vuelve a utilizar en esta su nueva campaña. Parece que nos usará como rehén político hasta nueva orden. Somos el enemigo ideal, no atacamos. Somos vecinos que quieren llevar la fiesta en paz, un puñado de ciudades en la frontera que ha recibido una nueva mala fama. Como si con el narcotráfico y la criminalidad no tuviéramos suficiente ahora Trump nos señala como su gran peligro. Las grescas en el muro le caen como anillo al dedo. Más allá de algunos errores, empezando por la caravana misma, reconozco que se ha hecho un esfuerzo colectivo por no responder a la provocación. Nuevas caravanas se convocarán, la diferencia será que ahora se registrarán en migración y ya no en caravana llegarán para intentar entrar a Estados Unidos. Los saltos del muro y autoentregas disparatadas de migrantes son la imagen que circula alrededor del mundo sobre nosotros. Resistamos porque va para largo este “temper tantrum” de Trump. * El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados