Frontera Astronómica
Elena Jiménez Bailón Ya lo dicen los antropólogos, las ganas de estar en binomio son inherentes a la condición humana así como la forma de organización social más frecuente. Nadie negará que la vida en pareja es un tema muy complejo y lleno de matices. Pero, ¿no estamos aquí para hablar del Universo? ¡Por supuesto! Y en él también encontramos binomios. La idea de un Universo desolado, casi vacío, con objetos solitarios que nunca tendrán interacción con otros es en parte cierta. Así, la Luna, el astro más cercano a la Tierra, está a unos 384 mil kilómetros de nosotros y el Sol a algo menos de 150 millones de kilómetros. Para hablar de la distancia a otros astros más lejanos, ya no es práctico hablar en kilómetros, y los astrónomos usamos como medida de distancia el tiempo que le lleva a la luz en llegar a un lugar determinado. La velocidad de la luz es la velocidad máxima que se puede alcanzar en el Universo. Así la distancia al Sol es también unos 8 minutos-luz. La estrella más cercana está a más de cuatro años-luz y Andrómeda está a 2.5 millones de años-luz, aunque no es la más cercana, a unos 160 mil años-luz está la Gran Nube de Magallanes, y podemos encontrar algunas galaxias enanas más cerca. Sin embargo, aunque dos tercios de las estrellas no tienen compañera, un tercio de ellas viven en sistema múltiples de estrellas, siendo los sistemas binarios los más comunes. El conjunto más numeroso de estrellas, estable, que se ha encontrado, contiene siete estrellas: es el caso de Nu Scorpii y AR Cassiopeiae. Los sistemas de muchas estrellas suelen ser muy jóvenes y se cree que evolucionan en poco tiempo generando varios sistemas binarios, o triples, mucho más estables que los sistemas con más cuerpos. Las estrellas binarias son muy interesantes. Cuando una de ellas es una estrella de buen tamaño, digamos varias veces la masa del Sol, pueden explotar como supernova y el campo gravitatorio que el remanente de la supernova genera puede causar estragos en la compañera. Es muy común que en estos casos, la supernova sea capaz de tragarse las capas más externas de la atmósfera de su compañera, generando con esta “alimentación” grandes cantidades de radiación a muy altas energías. Es el caso de las binarias de rayos X, una de las fuentes estelares más energéticas del Universo. En cuanto a las galaxias, sabemos que viven casi siempre en grupos. El grupo o cúmulo de galaxias más grande conocido es El Gordo, por razones obvias. Tiene una masa equivalente a 3 cuatrillones de masas solares, tres millones de billones, y se encuentra a 7 mil millones de años-luz de nosotros. Pero la mayoría de las galaxias, a pesar de estar viviendo en grupos, están muy lejos unas de otras. Hay una pequeña fracción, menos de 5%, que se encuentra en interacción, lo que genera espectaculares y bellas estructuras. Menos aún nos las galaxias con núcleos múltiples, de las cuales solo se han detectado del orden de las centenas. Hay un tipo que galaxias con núcleo binario que traen de cabeza a los astrónomos, son las galaxias con dos agujeros negros supermasivos, los llamados núcleos galácticos activos duales. Según nos dicta la Cosmología, deberíamos estar detectando muchos núcleos galácticos activos duales, sin embargo tan solo conocemos unos 30 ejemplos de este tipo de objetos. Un equipo de astrónomos de la UNAM, entre otras instituciones, trabaja para dar caza y sobretodo entender estos interesantes objetos. Como ven, también en el espacio, la vida en pareja es un asunto complicado. Instituto de Astronomía Ensenada
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