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Pareceres

Escribo esta colaboración en momentos de gran consternación para el gremio de periodistas, luego del ominoso asesinato de la corresponsal de La Jornada en Chihuahua, Miroslava Breach Velducea, ocurrido el jueves 23 de marzo en la ciudad de Chihuahua. Es un caso terrible, aun cuando todas las muertes de esta índole son reprobables, en este caso la indignación es mayúscula debido a que, además, se trataba de una periodista considerada por sus colegas como ejemplar, mujer de lucha, íntegra, de valores, y profesional rigurosa (www.nortedigital.mx). Lo cual, dada las evidencias en la escena del crimen, le costó la vida. Con esta colaboración me sumo a todas las voces que exigen justicia y que esta muerte no sea un número más de la larga numeralia de asesinatos de periodistas que siguen sin ser esclarecidos, y sus perpetradores, ejecutores e intelectuales, siguen gozando de impunidad. Por ello es muy preocupante que nuestro país haya sido designado por la Unesco como uno de los cinco más peligrosos en el mundo, después de Siria, Irak, Yemen y Libia. Estos cuatro países viven una guerra que ha conducido al infierno a millones de seres humanos. Sin embargo, en México, desde que Felipe Calderón le declaró la guerra al narco, ésta se ha extendido por gran parte de nuestro país, y sometido a miles de familias al acecho del crimen organizado. Produciendo terrible dolor a miles de personas, e incluso, a la necesidad de tener que salir huyendo a otros sitios para sobrevivir. En este escenario el periodismo de investigación es un oficio de altísimo riesgo. Por otra parte, y respecto de un tema de otra índole, el de la presencia de haitianos y afrodescendientes a BC, se ha iniciado ya un proceso de integración a nuestra región por parte de quienes han decidido establecerse entre nosotros, luego del cierre de la frontera de EUA con la llegada de Trump. El proceso me parece muy interesante, pues a pesar de prejuicios, racismo y xenofobia, hasta este momento, afortunadamente, son más las noticias buenas. Este flujo migratorio está compuesto por personas jóvenes, trabajadoras, muchos con estudios universitarios, otros con oficios, entre ellos el de la cocina. No puede ser de otra manera. Si pensamos en la terrible catástrofe en Haití, luego del terremoto del 2010 aparecieron las epidemias y la pobreza, en medio del abandono de la comunidad internacional. Los que pudieron salir de allí fueron los más aptos, los jóvenes que se establecieron como fuerza laboral en países suramericanos. Estos jóvenes han tenido la energía necesaria para hacer la larga, tortuosa y dramática travesía a lo largo de once mil kilómetros, con el afán de llegar a los EUA. Una desgracia, la llegada de Trump a la presidencia de los EUA, fue la contingencia que los ha obligado a ver en nuestra región una opción para rehacer su vida. No me atrevo hablar de números, pues se decía que habían quedado varados entre cuatro y cinco mil personas, pero las solicitudes de permisos de residencia al Inami, sólo son cientos, menos de mil. En realidad, ¿hacia dónde se ha dirigido el resto? En BC contamos con grupos sociales hospitalarios, generosos, libres de prejuicios, cosmopolitas, que entienden el fenómeno de la migración global. Y que asumen que todos somos migrantes. Estos grupos no han dejado de trabajar para tender la mano a haitianos y afrodescendientes. Y éstos, a su vez, ya nos están mostrando su capacidad de trabajo, su alegría, y al mismo tiempo cómo contribuyen a su economía, incorporándose poco a poco a diversas labores productivas. Veo con gran entusiasmo el surgimiento de una nueva expresión gastronómica, el de la comida haitiana, a la ya variada oferta multicultural en nuestra región. En Mexicali, en el centro histórico se abrió un establecimiento, y en Tijuana hay varios sitios modestos en donde podemos comer pollo, arroz, frijoles, ensalada, con el sazón haitiano. No son lugares exclusivos para sus hermanos, sino sobre todo para los mexicanos. Veo en ello, cómo a través del estómago, ellos construyen un puente de mutua comprensión cultural. Por eso pienso, que más pronto que tarde, su presencia entre nosotros será igual a la de todos aquellos que hemos llegado aquí procedentes de otros países y lugares del país. * La autora es Doctora en Ciencias, con especialidad en Investigaciones Educativas. Académica-investigadora de la Ibero Tijuana.

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