Pareceres
El día de ayer en la Universidad Iberoamericana Tijuana tuvimos la oportunidad de presentar el más reciente libro de Francisco Mata Rosas (fotógrafo e investigador de imágenes de la Universidad Autónoma Metropolita-Cuajimalpa), titulado 43. Fui invitada a comentarlo, y debido a que considero que tiene un valor en torno a la necesidad de no olvidar uno de los temas pendientes del sexenio de Enrique Peña, el referido a la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa, es que ahora quiero compartir mis reflexiones en este espacio. Francisco Mata Rosas, un fotodocumentalista mexicano que durante tres décadas, de manera acuciosa, activa, afanosa, vehemente, como si fuese un empeño de estar siendo cotidianamente, ha venido recortando segmentos de la realidad social para construir las imágenes de lo que hoy podemos llamar su personal discurso visual. Ahora, en este nuevo proyecto fotográfico, 43, Francisco Mata nos muestra un nuevo rasgo de su mirada al seleccionar y compilar poco más de cien imágenes fotográficas a color tomadas, todas ellas, por una diversidad de participantes en las marchas de protesta con el propósito de registrar y mostrar en ese genérico llamado las redes sociales, la intensidad de la indignación por la desaparición de los estudiantes de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, ocurrida el 26 de septiembre de 2014. Hace exactamente 2 años, 5 meses. De esta manera, vemos a Francisco Mata no sólo como un investigador de imágenes, sino también como un articulador, en el sentido que propone Ernesto Laclau, es decir como alguien que en determinado contexto y condiciones del avance de las tecnologías de la información y la comunicación, conjunta y ata elementos que por sí mismos se encuentran dispersos, y construye un nuevo discurso revelador de nuevas realidades. 43 es un símbolo convertido en ícono de perversidad de la necropolítica, que viene a sumarse a otros como el 68, el 10 de junio, o los 600 desaparecidos de la guerra sucia de los años 70 reclamados intensamente durante cuatro décadas por las madres de la organización Eureka. Cifra ésta de 700, que agregada a las de desaparecidos y muertos arrojados por la violencia del crimen organizado y el narco, constituyen hoy el saldo del juvenicidio. Término recuperado por José Manuel Valenzuela (2015) en su obra “Juvenicidio. Ayotzinapa y las vidas precarias en América Latina y España”, y con el cual se alude a la condición límite en la cual se asesina o desaparece a sectores o grupos específicos de la población joven. Las marchas de protesta durante el sexenio de Enrique Peña Nieto: #YoSoy132 (2012), las de los maestros contra la reforma educativa (2013-2015), o las más recientes contra el gasolinazo y el alza generalizada de impuestos, son esos otros momentos del intenso y pertinaz reclamo ciudadano que sumados a las movilizaciones para el reclamo por la aparición de los estudiantes normalistas, dibujan el escenario de las resistencias y los enojos de una sociedad que se niega a seguir siendo rehén de una clase política deslegitimada por sus abusos de corrupción, impunidad y violación de derechos humanos. Para expresar tanto el grito de indignación, las acusaciones contra el mal gobierno coludido con el crimen organizado, el reclamo de justicia a las víctimas, el gran enojo por la sangre derramada, y la solidaridad con los padres y madres de los 43 jóvenes normalistas, no sólo se han desplegado multitudinarias marchas, sino también se ha creado una numerosísima diversidad de expresiones artísticas, narrativas, gráficas, detonadas por el enojo y el dolor, según se puede evidenciar en un rápido listado que bien puede conformar un bosquejo de un estado del arte o de la cuestión que nos muestre los sentimientos, el estado de ánimo y significados de la palabra Ayotzinapa, y el número metonímico de 43: En este listado podemos enunciar la creación de libros impresos, poemas, películas, documentales, canciones, intervenciones urbanas, blogs, artículos en revistas, investigaciones periodísticas, ilustraciones, caricaturas, carteles, grafiti, murales, obra gráfica, teatro, entre otros. Continuaré… * La autora es Doctora en Ciencias, con especialidad en Investigaciones Educativas. Académica-investigadora de la Ibero Tijuana.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí