El mundo me da vueltas
Veo y escucho a quienes nos quieren gobernar para el siguiente periodo y no puedo negar que me dan flojera. Los mismo rollos, las mismas y viejas soluciones a los mismos y viejos problemas de Tijuana en un punto de no retorno: Atención a las zonas marginadas, arreglar las calles, recoger la basura, limpiar la suciedad, contar con un transporte digno: parece todo sacado de una edición de El Mexicano de 1988, del Diario Baja California en 1995 o de nuestro periódico Frontera del 2008. Da igual. "Ahora sí" los estudiantes y la tercera edad, "ahora sí" el transporte, "ahora sí" los puentes peatonales, "ahora sí" la seguridad de nuestras familias. Estamos como en una cápsula del tiempo. Bueno, hasta las "campañas negras", fuera de hacernos reír, ya nadie se las cree y son más de lo mismo: amantes, hijos fuera de matrimonio, misoginia, androfobia o la homofobia o lo que salga en un meme para hacernos reír. Por eso me pareció pura y simple la propuesta de Gastón Luken, candidato independiente, de plantear 10 mandatos para el gobierno. El dijo que para el gobierno independiente, pero realmente son la cosa más obvia que ni siquiera deberíamos "pedirla" a ningún candidato de partido o sin él. Son las cosas mínimas que deberíamos recibir, que la damos por hechas, cuando no es así. Los diez mandatos son: 1. No robar. ¿Quien podría oponerse a acabar con el más claro problema del gobierno, la corrupción que todo lo corroe y todo lo ensucia? 2. Al que robe, cárcel. La impunidad es el segundo problema más grave que padecemos. Síndicos van y vienen, y nada pasa. 3. Recuperar lo robado. Si el dinero no era tuyo y le compraste casa a tu hija y a tu yerno, etc., ¡pues a recuperarlo! Los dineros públicos no son para usos privados. 4. No cobrar moches a los empresarios. Ya constructores y proveedores se han manifestado hartos de que los obliguen al "diezmo" que ya se convirtió en 20% en muchos casos. 5. No colocar a los cuates en el gobierno. Aquí el problema es preferir la lealtad sobre la eficiencia. Ejemplos tenemos en la actualidad para aventar para arriba. 6. No gastar un peso en campañas de TV ni radio. Campañas que por cierto, ya nadie se las cree. ¿Se acuerdan aquella de que éramos una “ciudad con orden”? 7. Quitar a los "cobrones" del gobierno. De asesores y aviadores está lleno el infierno gubernamental. Basta ya de inflar la nómina para quedar buen con el partido o los sindicatos. 8. Jamás traicionar la confianza de la gente. Quizás la parte mas difícil: generar la expectativa y no cumplirla. Hay un gran trabajo para recuperar la conexión con el ciudadano. 9. Rendir cuentas claras. La transparencia ante todo. Un gobierno (realmente) transparente no esconde su nómina, sus contratos, sus proveedores. 10. Ser sensible ante las necesidades de la gente. ¿Quién duda que la pobreza y la marginación son un lastre para la economía? Es urgente conectarnos con la parte social y no verla como clientela electoral, sino como la forma de reactivar las zonas que no tienen privilegios, aunque nunca se deba descuidar a las clases medias. Celebro estos 10 mandatos de Gastón, que bien podrían usar René, Leyzaola o "El Patas", si por causas fortuitas, ganan la elección. Nadie está exento de ofrecer esto como una plataforma mínima de gobierno. * El autor es empresario, turistólogo y un enamorado de su ciudad.
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