SNTE: Fortín decadente

Todavía demoraba su partida hacia el averno el achacoso y legendario líder charro de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), el entreguista Fidel Velásquez, cuando hacía años que la cúpula dirigente apoltronada sobre las espaldas de los obreros había cancelado las coloridas y festivas marchas del 1 de Mayo (Día Internacional del Trabajo), a través de las cuales los dirigentes domesticados patentizaban, por un lado, la humillante mansedumbre de los explotados ante los ojos arrogantes del patrón y el Gobierno en turno y, por el otro, reiterarle a la clase política priista el sólido nivel de control que los gangsters del sindicalismo oficial mantenía sobre los jornaleros pues, de esa manera, los charros podían cotizarse sin mayor problema al momento de ser gratificados con candidatura de elección popular, puestos en el Gobierno, contratos o prebendas de todo tipo. Por fortuna el hartazgo de distintos sectores asalariados alcanzó tal despecho que la plaga gremial controladora empezó a verse rechazada cada vez más hasta obligarse a renunciar al “circo, maroma y teatro” que por décadas monopolizó y escenificó en las principales plazas públicas del País: El miedo o pretexto para no seguir arrastrándose en el Zócalo fue “evitar confrontaciones violentas con grupos minoritarios”. Así, ante el flujo del sindicalismo independiente, más la rauda descomposición política del PRI (asesinatos internos y corrupción extrema), aunado a la pérdida de la Presidencia de la República, trajo aparejado un mayor encono de los trabajadores hacia las estructuras sindicales parasitarias y los impuestos líderes ahora como nunca rendidos a los pies de los patrones, la administración foxista o la cúpula demagoga atrincherada en el PRI; de suerte que los intentos charros colaboracionistas de lograr sacar adelante la retrógrada reforma foxista eléctrica, laboral, del IMSS, petrolera o fiscal, simplemente se encuentran estacionadas virtud a la organización como movilización y conjuro de que son objeto de parte del sindicalismo no enchufado. Y en aquella potencial coyuntura, sin duda se encuentra la antes poderosa e impune casta priista apoderada del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quien en cosa de corruptelas, entreguismo, represión, verticalismo y mismo desfiguro del Sistema Educativo Nacional; encuentra su mayor lustro en la situación salarial por la cual atraviesan cientos de miles de profesores de Educación Primaria cuyo poder adquisitivo presenta una pérdida del 80%, merced a la constante caída salarial registrada desde 1982 cuando, con un salario diario, el profesor podía adquirir 85 kilogramos de tortillas por los 20 kilos que este mismo docente compra en el 2004. Desde luego el brutal impacto se explica por el precio que, por ejemplo, se etiqueta por hora-clase impartida, entre otros niveles, en Educación Media del Distrito Federal donde de 1994 a 1995 los profesores recibieron un aumento de $2.38 pesos por hora-clase; en el 2001 de $4.71 pesos; y en el 2002 de $2.73 pesos, cuando la inflación llegó a 5.7%. En otras cifras comparativas, estudios rigurosos indican que los profesores en Estados Unidos ganan 29 veces más respecto a sus similares mexicanos, los alemanes 26, y los chinos, aunque con un ingresos nominal menor al de los mexicanos, tienen un mejor nivel de vida pues mientras los estadounidenses, alemanes y chinos con sus salarios diarios pueden adquirir entre 7 y 19 kilos de carne de res; a los “pobresores” de acá, apenas les alcanza para 2.03 kilogramos. Por eso recobrando el optimista aliento plasmado al principio de esta columna, la trapecista Elba Esther Gordillo, cacique del magisterio, organizó en la periferia de Guadalajara la celebración anual del Día del Maestro confiando en un notable despliegue de seguridad con la participación de agentes del Estado Mayor Presidencial y la Policía estatal de Jalisco (a más de saberse lejos de los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación; feliz y contenta por sentirse ante la complaciente presencia y mirada de la pareja presidencial, la truculenta “presidenta” magisterial fue recibida con reclamos, insultos y silbidos a granel de parte de cientos de profesores, supuestamente dóciles y acarreados, quienes de esa forma descalificaron la política del Gobierno y los líderes de paja que han permitido castigar aún más los salarios de los educadores. Por lo pronto se desfondó el control charril tradicional del profesorado… Antonio Medina de Anda es catedrático de la Universidad Pedagógica Nacional, campus Tijuana.