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La carga inalámbrica de coches eléctricos alcanza un 90 % de eficiencia y deja de ser una alternativa ineficiente frente al cable

Pruebas realizadas en condiciones reales confirman que la recarga inductiva ya se acerca a la eficiencia del cable tradicional, abriendo una nueva etapa para la movilidad eléctrica urbana, doméstica y profesional

La carga inalámbrica de coches eléctricos alcanza un 90 % de eficiencia y deja de ser una alternativa ineficiente frente al cable

SUIZA.- Durante años, la carga inalámbrica de coches eléctricos fue vista como una solución cómoda pero poco práctica, principalmente por su baja eficiencia energética frente a la recarga por cable. Sin embargo, nuevos datos obtenidos en ensayos reales con vehículos en uso cotidiano muestran que esta tecnología ha dado un salto clave: ya puede alcanzar hasta un 90 % de eficiencia, una cifra que reduce de forma notable la brecha con los sistemas convencionales.

Cómo funciona la carga inalámbrica en vehículos eléctricos

La carga inductiva se basa en la transferencia de energía mediante campos electromagnéticos entre dos bobinas. Una se instala en el suelo y la otra se integra en el vehículo. Ambas operan a la misma frecuencia para maximizar la transmisión de energía, sin necesidad de contacto físico.

Este sistema elimina enchufes, conectores expuestos y maniobras manuales, lo que facilita una recarga automática al estacionar el vehículo. La simplicidad operativa es una de sus principales ventajas, especialmente en entornos donde el coche pasa muchas horas aparcado.

Entre las empresas fundadoras de EMA se encuentran BYD, Tesla y VEMO, que han unido esfuerzos para alcanzar el objetivo de 100% de venta de vehículos eléctricos en México para el año 2035.

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El gran obstáculo histórico: la eficiencia

Hasta ahora, el principal problema de la carga inductiva era su menor eficiencia energética. En la recarga por cable, especialmente en corriente alterna doméstica o en puntos públicos de baja y media potencia, la eficiencia suele situarse entre el 94 % y el 98 %, dependiendo del cargador y del vehículo.

La carga inalámbrica, en cambio, se quedaba claramente por debajo de esas cifras, lo que implicaba mayores pérdidas de energía y tiempos de recarga más largos. Esa desventaja limitaba su viabilidad fuera de contextos muy concretos.

Qué cambia con el 90 % de eficiencia

Investigaciones recientes realizadas en Europa, entre ellas por el Laboratorio Federal Suizo de Ciencia y Tecnología de Materiales (EMPA), demuestran que los sistemas inductivos modernos pueden alcanzar eficiencias cercanas al 90 % incluso con desalineaciones leves, variaciones climáticas y uso cotidiano.

Según Híbridos y Eléctricos, no se trata de pruebas de laboratorio en condiciones ideales, sino de ensayos con vehículos reales, lo que confirma que la tecnología ya es técnicamente viable en escenarios prácticos.

En términos reales, la pérdida adicional de energía es comparable a la que se produce en muchos procesos habituales de recarga, mientras que la comodidad y automatización compensan esa diferencia en numerosos casos de uso.

Dónde tiene más sentido la carga inductiva

Aunque la carga por cable sigue siendo superior en potencia máxima y es imprescindible para la carga rápida y ultrarrápida en carretera, la inducción encuentra su espacio en otros contextos:

  • Garajes domésticos
  • Aparcamientos públicos
  • Flotas urbanas
  • Taxis
  • Transporte público
  • Vehículos de reparto

En estos entornos, la recarga frecuente, automática y sin intervención manual puede mejorar el aprovechamiento del tiempo y reducir el desgaste mecánico de los conectores.

Ventajas operativas más allá de la eficiencia

Además de la comodidad, la carga inalámbrica aporta beneficios adicionales:

  • Menor desgaste de componentes físicos
  • Menos problemas por suciedad o vandalismo
  • Mayor accesibilidad para personas con movilidad reducida
  • Integración sencilla con sistemas automatizados

En ciudades, donde el vehículo eléctrico suele recorrer trayectos diarios cortos y permanece estacionado durante muchas horas, estas ventajas pueden marcar la diferencia en la adopción cotidiana.

El siguiente paso: carga inductiva en movimiento

La investigación también avanza hacia la carga inductiva dinámica, integrada en el asfalto. Aunque todavía está en fase experimental, este enfoque permitiría recargar parcialmente los vehículos mientras circulan, reduciendo la necesidad de baterías de gran tamaño y mejorando la eficiencia global del sistema de movilidad.

No es una solución inmediata, pero sí una línea de desarrollo estratégica con impacto a largo plazo en la electrificación del transporte.

Mercedes-Benz

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Una tecnología que deja de ser promesa

La carga inalámbrica de coches eléctricos ha superado su fase experimental para convertirse en una alternativa real y complementaria al cable. Con una eficiencia cercana al 90 % y una evolución constante, la inducción ya no es una curiosidad tecnológica, sino una herramienta práctica para normalizar la recarga eléctrica de forma más cómoda, integrada y adaptada a la vida diaria.

El cable seguirá siendo imprescindible durante muchos años, especialmente en viajes largos, pero la carga inalámbrica apunta a convertirse en una pieza clave del ecosistema eléctrico del futuro.

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