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El musgo que sobrevivió casi un año en el espacio

La planta resistió vacío, radiación extrema y volvió a crecer tras regresar a la Tierra.

Un experimento realizado fuera de la Estación Espacial Internacional reveló un resultado sorprendente: un musgo terrestre común fue capaz de sobrevivir 283 días expuesto directamente al espacio exterior y, tras su regreso a la Tierra, volvió a germinar con éxito. Los científicos enviaron esporas de la especie Physcomitrium patens al exterior de la EEI, donde enfrentaron condiciones casi imposibles para la vida —vacío, variaciones extremas de temperatura y radiación ultravioleta intensa—. Contra todo pronóstico, más del 80% de las estructuras reproductivas regresaron vivas, y cerca del 90% fueron capaces de volver a crecer en laboratorio, un resultado que los propios investigadores calificaron como “asombroso”.

La resistencia del musgo no surgió de la nada, esta planta es una de las formas de vida vegetal más antiguas del planeta, con más de 400 millones de años de evolución. Fue una de las primeras en colonizar la tierra firme, desarrollando mecanismos que le permitieron sobrevivir en entornos extremos, desde zonas árticas hasta desiertos abrasadores. Este experimento demuestra que esa capacidad también se extiende al entorno espacial, situando al musgo junto a organismos legendarios como los tardígrados en el selecto grupo de seres capaces de resistir condiciones cósmicas.

Los investigadores también descubrieron el secreto de su resistencia: sus estructuras reproductivas, llamadas esporofitos, actúan como una especie de armadura natural. Estas cápsulas contienen las esporas y las protegen del daño producido por la radiación UV, el mayor factor de estrés identificado. Al absorber y bloquear gran parte de esa radiación, las esporofitos evitaron que el daño llegara a las células internas, permitiéndoles sobrevivir durante meses en condiciones que normalmente destruirían cualquier célula vegetal en cuestión de minutos.

El hallazgo no solo demuestra la sorprendente resistencia de la vida terrestre, sino que abre puertas reales para la exploración espacial futura. Si una planta puede sobrevivir al viaje y volver a germinar, se vuelve posible imaginar cultivos transportados a la Luna o Marte para sostener futuras misiones humanas. Estas plantas podrían generar oxígeno, alimentos frescos y beneficios psicológicos esenciales para astronautas en misiones largas, contribuyendo a la creación de los primeros ecosistemas extraterrestres en entornos controlados.

En resumen, el experimento no solo documenta un logro biológico extraordinario, sino que plantea una idea poderosa, la vida de la Tierra, incluso en organismos diminutos y sencillos, es mucho más resistente de lo que imaginamos. Si un musgo puede sobrevivir al vacío del espacio, la frontera de lo que la vida puede lograr está apenas comenzando a revelarse.

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Con información de Space, Science Alert y CBC News.

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