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El fin de Windows 10 desencadenaría una crisis de basura electrónica

Microsoft ha dado por concluido el ciclo de soporte de Windows 10.

El fin de Windows 10 desencadenaría una crisis de basura electrónica

Microsoft ha dado por concluido el ciclo de soporte de Windows 10, la plataforma que fue líder en el ámbito de la informática durante más de diez años.Debido a esto, innumerables equipos en todo el mundo dejarán de recibir parches o mejoras de seguridad, lo que representa una complicación no solo a nivel tecnológico, sino también un gran reto ecológico. Analistas señalan que esta decisión podría provocar una cantidad masiva de desechos electrónicos sin precedentes e incrementar el impacto de carbono en el planeta.

De acuerdo con un artículo publicado por Infobae, alrededor de 400 millones de ordenadores aún utilizan Windows 10 y no cuentan con la capacidad necesaria para migrar a Windows 11 debido a las restricciones de sus componentes internos.En consecuencia, muchos de estos dispositivos serán descartados, lo que fomentará su sustitución por equipos nuevos. Grupos ecologistas y promotores del “derecho a la reparación” advierten que este cambio obligatorio supone un perjuicio significativo para las iniciativas de sostenibilidad tecnológica.

Aunque Microsoft afirma que los equipos con Windows 10 seguirán siendo funcionales, la falta de actualizaciones de seguridad los expondrá a riesgos informáticos y fallos operativos.Por esta razón, numerosas corporaciones, entidades gubernamentales y usuarios particulares no tendrán más opción que reemplazarlos, lo que podría derivar en la producción de millones de toneladas adicionales de basura tecnológica.

Impactos ambiental y educativo

El fin del soporte gratuito para Windows 10 provocará un gran cambio en la industria tecnológica.Según la organización Public Interest Research Group (PIRG), el 42 % de las computadoras con este sistema operativo quedarán desprotegidas, lo que afectará especialmente a instituciones educativas y gubernamentales que no cuentan con los recursos para renovar su parque informático.

Asimismo, se prevé un impacto ambiental considerable, ya que la fabricación de nuevos equipos implica una mayor extracción de minerales, un uso intensivo de energía y un aumento significativo de las emisiones de carbono.Además, cada computadora que deje de funcionar y sea desechada representa una pérdida de recursos que podrían haberse aprovechado durante más tiempo mediante actualizaciones extendidas o programas de reciclaje eficientes.

Iniciativas y llamados a la acción

De acuerdo con el artículo de Infobae, el PIRG ha lanzado una campaña global para solicitar a Microsoft una prórroga en el soporte de Windows 10.La propuesta busca replicar el precedente de Google, que en 2023 amplió las actualizaciones automáticas de sus Chromebook a diez años tras la presión de usuarios y organizaciones medioambientales.

Cabe señalar que Lucas Proctor, uno de los líderes de esta iniciativa, explicó que la situación actual ofrece una oportunidad para que las grandes empresas tecnológicas asuman una mayor responsabilidad ambiental.“Si Google pudo hacerlo, Microsoft también puede”, afirmó.

Un gran reto para el planeta

El planeta enfrenta cada vez más problemas ambientales, y la suspensión definitiva del soporte para Windows 10 pone en evidencia la tensión entre la innovación tecnológica y la sostenibilidad.El costo ambiental del reemplazo constante de equipos amenaza con agravar la crisis de residuos electrónicos, considerada una de las más grandes del siglo XXI.

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