Algonova, la escuela que está llevando la educación digital más allá del sistema escolar
Mientras la tecnología transforma todos los ámbitos de la vida cotidiana, miles de niñas y niños en América Latina siguen enfrentándose a clases de informática centradas en teoría, con programas desactualizados y sin conexión con el mundo real.

En contraste, muchas familias están recurriendo a escuelas de programación online como Algonova, donde los estudiantes aprenden desde casa a crear videojuegos, aplicaciones y páginas web. Y lo hacen en su idioma, a su ritmo y desde el primer día, con proyectos que despiertan su interés.
La brecha entre la educación tradicional y las nuevas formas de aprender programación se está haciendo cada vez más evidente. Entender por qué sucede puede ayudar a muchas familias a tomar decisiones más conscientes sobre el futuro digital de sus hijos.
Teoría sin práctica: el desafío de la educación tradicional
En muchos países de América Latina, las clases de informática aún mantienen un enfoque más básico, como aprender Word o reconocer las partes de una computadora. Aunque el mercado EdTech en la región superó los 10 mil millones de dólares en 2024 y continúa creciendo, muchas instituciones educativas aún no logran adaptarse.
Este crecimiento no es una coincidencia: entre 2011 y 2021, la inversión de capital de riesgo en EdTech en América Latina alcanzó casi 500 millones de dólares, con un impulso particularmente fuerte en el segmento K-12 (educación básica, desde preescolar hasta secundaria).

El acceso a la tecnología sigue siendo desigual. En Brasil, por ejemplo, solo el 62,9 % de los estudiantes tiene acceso a una computadora moderna con internet en la escuela. En México, la cifra sube al 75,3 %, pero en casa las condiciones empeoran: solo el 41 % de los adolescentes en la región cuenta con una computadora propia con conexión.
Los resultados académicos lo reflejan. Según el informe PISA 2022, una gran parte de los estudiantes latinoamericanos no alcanza el nivel básico en habilidades digitales. Y mientras conceptos como Python o Scratch ganan terreno en redes sociales, rara vez aparecen en un salón de clases.
¿Por qué las escuelas online están marcando la diferencia?
Frente a estas limitaciones, las escuelas de programación online están ganando terreno como una opción real y efectiva para las familias. Plataformas como Algonova, presente en más de 90 países y con más de un millón de estudiantes, han desarrollado un modelo flexible, práctico y centrado en el aprendizaje activo.
Aquí algunas de las diferencias más notables entre ambos modelos::
- Más práctica, menos teoría. A diferencia de los cursos tradicionales, donde apenas hay tiempo para practicar, las clases online se basan en proyectos. Desde el primer día, los niños crean animaciones, videojuegos o bots utilizando herramientas como Scratch, Roblox Studio o Python.

- Rutas de aprendizaje progresivas. Los programas están diseñados como una escalera: los más pequeños comienzan con programación visual, y los adolescentes avanzan hacia lenguajes más complejos como Python o desarrollo web.
- Acompañamiento personalizado. En lugar de repetir contenidos frente a todo un grupo, los docentes ajustan sus explicaciones al ritmo y nivel de cada alumno. Esa atención individual suele marcar una diferencia profunda en la motivación.
- Clases dinámicas y divertidas. Los métodos de enseñanza integran mecánicas de juego, desafíos creativos, diseño de personajes y mundos virtuales. Así, los estudiantes no solo aprenden a programar, sino que también se entusiasman con el proceso.
Educación accesible, desde casa y en su idioma
El formato online elimina muchas barreras tradicionales: no requiere traslados, funciona con horarios flexibles y se adapta a la rutina de cada familia. Los estudiantes pueden aprender desde casa, sin depender de que haya una escuela especializada en su localidad.

En América Latina, esto tiene un valor especial. Muchos niños que viven en zonas rurales o alejadas de las capitales ahora tienen acceso a los mismos contenidos que sus pares en grandes ciudades. Y todo esto en español o portugués, sin barreras de idioma.
Además, las plataformas más consolidadas como Algonova, no solo ofrecen clases, sino una experiencia completa: comunidad de estudiantes, participación en hackatones, proyectos colaborativos, torneos online y certificados que validan los logros obtenidos.
Más allá del hobby: construir habilidades para el futuro
Lo que para muchos comienza como una actividad extraescolar, termina siendo una puerta hacia intereses profesionales. Los estudiantes no solo aprenden a escribir código, sino a planificar ideas, resolver problemas, pensar de forma lógica y presentar resultados.
Al finalizar cada nivel, reciben un certificado oficial y, más importante aún, pueden mostrar sus proyectos en un portafolio. Esto cobra especial valor al momento de postularse a programas técnicos, carreras universitarias o incluso a prácticas profesionales.
En el caso de Algonova, muchos estudiantes han descubierto vocaciones digitales que antes no imaginaban, y han fortalecido su confianza al ver que son capaces de crear tecnología y no solo consumirla.
Un modelo educativo que se adapta al presente
Mientras la programación en escuelas tradicionales sigue atada a clases teóricas y recursos limitados, las plataformas digitales ofrecen una experiencia distinta: práctica, accesible, atractiva y enfocada en el desarrollo de habilidades reales.
Niños y niñas en toda América Latina están aprendiendo a programar desde casa, con acompañamiento personalizado, a su propio ritmo y sin depender del contexto local. Para muchos, esto no es solo un pasatiempo: es una pasión, e incluso un camino profesional.
En Algonova puedes comenzar este camino con una clase de prueba gratuita y sin compromiso. Solicítala hoy, conoce cómo es una clase, conversa con un docente y comprueba si esta experiencia es ideal para tu hijo o hija.
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