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Del “lobo terrible” al dodo: Estas son las especies extintas que los científicos están buscando “revivir”

Los expertos recuerdan que un solo ejemplar no garantiza la recuperación de una especie. Para asegurar su supervivencia se necesitan múltiples individuos no emparentados.

CIUDAD DE MÉXICO.- La idea de “revivir” especies extintas combina fascinación y debate ético: ¿qué beneficios reales tendría para los ecosistemas? ¿Se podrían recrear animales que ya no tienen su hábitat natural? Y, sobre todo, ¿hasta qué punto es seguro o sostenible manipular la genética de especies desaparecidas?

La llamada desextinción ha captado la atención del mundo con proyectos que buscan revivir especies desaparecidas. Estas son algunos de ellos:

Lobo Terrible

Entre los casos más recientes están los cachorros de ‘lobo terrible’, un depredador de Norteamérica extinguido hace 12 mil 500 años. La empresa biotecnológica Colossal Biosciences anunció que logró crear tres ejemplares mediante edición genética y clonación a partir del ADN de fósiles, usando como base un lobo gris, su pariente más cercano.

Según expertos, estos lobos no son exactamente la especie original: “son 99,9 % lobos, modificados para tener algunos rasgos del lobo terrible”, explica Raúl González Ittig, profesor de Genética de la Universidad Nacional de Córdoba. Aun así, el hito demuestra que la ciencia puede manipular genes antiguos para recrear animales que se creían perdidos para siempre.

Tigre de Tasmania

Otro proyecto en marcha es el del tilacino o tigre de Tasmania, extinguido en 1936. A diferencia del lobo terrible, su hábitat aún existe y su regreso podría restablecer el equilibrio ecológico al recuperar un depredador que desempeñaba un rol clave en Tasmania.

Mamut Lanudo

El mamut lanudo, famoso por “La era del hielo”, también está en la mira. Científicos trabajan con su ADN y el del elefante asiático, buscando reintroducir ejemplares en la tundra ártica, con la esperanza de preservar ecosistemas y ralentizar el deshielo del permafrost, aunque los impactos reales son inciertos.

Dodo

El emblemático dodo, extinto desde 1681 en Mauricio, ejemplifica la responsabilidad humana en la pérdida de biodiversidad. Su regreso podría ayudar a restaurar procesos ecológicos, como la dispersión de semillas que mantenían saludables los bosques de la isla. La organización Revive & Restore también apunta a especies como la paloma pasajera, desaparecida en 1902, por su papel en los ecosistemas forestales de Estados Unidos.

No todos los intentos son recreaciones exactas. Los tauros, por ejemplo, buscan imitar al desaparecido uro, el ganado salvaje europeo, mediante cruzas selectivas, mostrando que la edición genética y la reproducción dirigida han sido herramientas humanas desde hace siglos.

Bucardo

Un caso singular es el bucardo o cabra montés de los Pirineos, considerada la primera especie “desextinta” y la única que se extinguió dos veces. En 2003 se clonó un ejemplar a partir de células preservadas, aunque vivió solo siete minutos. Por primera vez, la extinción dejó de ser definitiva, aunque la supervivencia de la especie requiere más que un clon.

¿Revivir especies o cuidar las que aún existen?

Los expertos recuerdan que un solo ejemplar no garantiza la recuperación de una especie. Para asegurar su supervivencia se necesitan múltiples individuos no emparentados, con suficiente variabilidad genética y un ecosistema adecuado.

Desde los cachorros de lobo terrible hasta el mamut lanudo, la desextinción demuestra hasta dónde puede llegar la ciencia, pero también subraya la urgencia de proteger a las especies que aún existen antes de que desaparezcan para siempre

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