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Científicos planean “revivir” ave gigante que se extinguió hace 600 años; este es el proceso que quieren usar

El proyecto cuenta con la colaboración del cineasta neozelandés Sir Peter Jackson, director de la saga El Señor de los Anillos.

Científicos planean “revivir” ave gigante que se extinguió hace 600 años; este es el proceso que quieren usar

CIUDAD DE MÉXICO.- La empresa Colossal Biosciences, que afirma haber revivido al lobo terrible, ahora apunta a devolverle la vida al moa, un ave no voladora de más de tres metros de altura extinta hace 600 años, según információn del New York Post.

El proyecto cuenta con la colaboración del cineasta neozelandés Sir Peter Jackson, director de la saga El Señor de los Anillos, quien es inversionista en la empresa. También participan el Centro de Investigación Ngāi Tahu, vinculado a la principal tribu maorí de la Isla Sur, y la Universidad de Canterbury, ubicada en Christchurch.


El regreso del ave gigante

El moa era una especie de ave no voladora que podía alcanzar hasta 3.6 metros de altura y pesar más de 227 kilos, según el medio LiveScience.

La idea de traerla de regreso a la vida implica una serie de complejos procesos de ingeniería genética, similares a los utilizados en otros intentos de desextinción, como el del lobo terrible.

A diferencia del lobo, cuya separación genética de los lobos grises modernos data de unos 5.7 millones de años, el moa está mucho más alejado de sus parientes vivos, como el emú y el tinamú.

El ancestro común más reciente entre el moa y el tinamú vivió hace 58 millones de años, lo que plantea retos significativos para la ingeniería genética.


Cómo revivir al moa

El equipo planea secuenciar los genomas de las nueve especies extintas de moa, y compararlos con los de sus parientes vivos. A partir de ahí, esperan introducir modificaciones genéticas en células precursoras de esperma y óvulos de aves vivas —probablemente emús o tinamúes— para desarrollar un embrión modificado que pueda producir descendencia similar a la del moa.

Debido a que el huevo del moa es mucho más grande que el de un emú, uno de los desafíos es desarrollar tecnología de incubación artificial, ya que el cuerpo del emú no podría servir como “vientre” adecuado.

Según Nic Rawlence, director del Laboratorio de Paleogenética de la Universidad de Otago y crítico del proyecto, el tamaño del huevo del moa representa un obstáculo clave.

La directora científica de Colossal, Beth Shapiro, aseguró que están explorando múltiples estrategias para superar esta barrera, y subrayó que el bienestar animal es una prioridad en todas las modificaciones propuestas.


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