Descubren un planeta gigante que orbita una estrella enana: un misterio para la ciencia astronómica

Durante décadas, los astrónomos han sostenido que solo las estrellas más grandes tienen el poder gravitacional y la materia suficiente para formar planetas de gran tamaño. Sin embargo, un nuevo descubrimiento ha puesto en jaque esa idea: un planeta gigantesco ha sido encontrado orbitando una estrella enana, mucho más pequeña de lo que se creía necesario para generar un mundo de tales dimensiones.

La teoría más aceptada indica que los planetas se forman dentro de los llamados discos protoplanetarios, compuestos de gas y polvo que giran alrededor de estrellas jóvenes. Para que surjan gigantes gaseosos, es necesario que ese material se acumule hasta alcanzar una masa crítica. Pero este proceso depende, en buena medida, de cuánta materia puede proporcionar la estrella anfitriona. Estrellas pequeñas, en teoría, no deberían tener suficiente “combustible” para formar planetas de gran escala.

El planeta que lo cambia todo: TOI-6894b

Un grupo internacional de científicos, utilizando datos de la misión TESS de la NASA, ha identificado un planeta de enormes proporciones orbitando una estrella enana llamada TOI-6894. Esta estrella posee apenas el 20 % de la masa del Sol, lo que hace aún más asombroso el hallazgo. El planeta, bautizado TOI-6894b, es un gigante gaseoso con un radio mayor que Saturno pero con solo la mitad de su masa.

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Un nuevo hallazgo en los límites del sistema solar podría poner en jaque la hipótesis del “Planeta Nueve”

Un desafío a los límites conocidos

Lo sorprendente de TOI-6894b no es solo su tamaño en comparación con la estrella, sino que esta es la de menor masa en la que se ha detectado un planeta tan grande en tránsito. Es decir, nunca se había observado un planeta gigante alrededor de una estrella tan pequeña. Esta anomalía empuja los límites de los modelos actuales de formación planetaria.

El Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) jugó un papel clave en esta investigación, realizando observaciones desde el Observatorio de Sierra Nevada. Según Francisco José Pozuelos, investigador del centro, este hallazgo demuestra que la naturaleza puede formar mundos gigantes incluso en los entornos menos esperados.

Aunque ya se conocían algunos planetas grandes orbitando estrellas enanas, TOI-6894b destaca por ser uno de los casos más extremos jamás documentados. Desde su lanzamiento en 2018, TESS ha observado más de 90.000 estrellas enanas de baja masa, pero pocos sistemas tan inusuales como este.

El sistema solar no está en entredicho

Este descubrimiento no refuta las teorías sobre la formación del Sistema Solar, pero sí revela que esos modelos necesitan ajustes para explicar sistemas que se desarrollan en condiciones radicalmente diferentes a las del Sol, indica EFE.

Otro aspecto llamativo de TOI-6894b es su baja temperatura atmosférica, apenas 140 °C, notablemente inferior a la de otros planetas similares que pueden superar los 700 °C. Esto lo convierte en un candidato ideal para estudiar atmósferas frías.

Un objetivo para el telescopio James Webb

Debido a sus características únicas, TOI-6894b ha sido seleccionado para futuras observaciones con el telescopio espacial James Webb. Los científicos esperan detectar en su atmósfera compuestos como el metano y el amoniaco, lo que representaría un hito en la exploración de exoplanetas.

Puntos clave

• Un planeta gigante fue hallado orbitando una estrella enana extremadamente pequeña, algo nunca visto antes.
• El descubrimiento desafía las teorías actuales sobre cómo se forman los planetas gigantes.
• El exoplaneta TOI-6894b destaca por su baja densidad, tamaño comparable a Saturno y temperatura inusualmente baja.
• Se ha convertido en un candidato ideal para el telescopio James Webb, con potencial para revolucionar el estudio de atmósferas planetarias.