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Austria desarrolla baterías biodegradables que se plantan y podrían sustituir al litio

Las baterías usadas, especialmente las de níquel-hidruro metálico (Ni-MH), son una fuente significativa de contaminación.

Austria desarrolla baterías biodegradables que se plantan y podrían sustituir al litio

Las baterías usadas, especialmente las de níquel-hidruro metálico (Ni-MH), son una fuente significativa de contaminación. Contienen materiales peligrosos que amenazan tanto la salud como al medio ambiente. Sin embargo, estos residuos también esconden un gran potencial: metales valiosos como el níquel pueden ser extraídos y reutilizados, ofreciendo una alternativa sostenible si se gestionan adecuadamente.

Innovación desde Viena: Recuperación de Níquel y Sostenibilidad

Investigadores de la Universidad Técnica de Viena (TU Wien) han desarrollado una innovadora técnica para recuperar el níquel presente en baterías Ni-MH desechadas. Según el profesor Günther Rupprechter, responsable del proyecto, el reciclaje de estas baterías no solo contribuye a resolver el problema de los residuos peligrosos, sino que también permite producir catalizadores útiles para generar energía limpia.

Las baterías modernas contienen compuestos complejos que dificultan su procesamiento. Si no se gestionan correctamente, pueden liberar sustancias tóxicas, provocar incendios o contaminar suelos y aguas. Además, la capacidad de reciclaje actual en Europa está muy por debajo de lo necesario para responder a la demanda futura de níquel, crucial para la fabricación de baterías para vehículos eléctricos.

Del Residuo al Recurso: Creación de un Nanocatalizador

El equipo científico ha logrado algo notable: utilizar los metales recuperados de baterías y aluminio reciclado para crear un nanocatalizador altamente eficiente. Este material, compuesto principalmente por óxido de aluminio y níquel, permite convertir dióxido de carbono (CO₂) e hidrógeno en metano, un combustible limpio, mediante un proceso que opera a presiones normales y temperaturas moderadas (250 °C), sin necesidad de condiciones extremas.

Energía Limpia y Economía Circular

Este enfoque no solo da un segundo uso a materiales que normalmente terminarían como residuos peligrosos, sino que también transforma el CO₂, un gas contaminante, en una fuente de energía útil. Como explica el doctor Qaisar Maqbool, los catalizadores pueden reciclarse varias veces, reduciendo aún más el impacto ambiental del proceso y consolidando un modelo de economía circular, indica Xataka.

Cuatro ideas clave

  • Residuos valiosos: Las baterías Ni-MH usadas contienen níquel, un metal reutilizable con gran valor estratégico.
  • Innovación europea: Científicos de la TU Wien desarrollaron un proceso ecológico para recuperar níquel y producir catalizadores sostenibles.
  • Conversión energética: El catalizador transforma CO₂ en metano, un combustible limpio, sin necesidad de alta presión ni calor extremo.
  • Impacto ambiental positivo: El sistema minimiza residuos secundarios, promueve la economía circular y ofrece una vía para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

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