¿Próximamente habrá aviones espaciales disponibles? Una empresa está trabajando en ello
En la década de 1990, la NASA desarrolló el X-33, un avión espacial que buscaba reducir los costos de acceso al espacio eliminando las etapas de los cohetes convencionales.
CIUDAD DE MÉXICO.- En la década de 1990, la NASA ideó un proyecto innovador para revolucionar el acceso al espacio: el X-33, un avión espacial experimental diseñado como una alternativa más económica a los costosos cohetes tradicionales. Este vehículo se basaba en el concepto de “single stage to orbit” (SSTO), que buscaba eliminar la necesidad de múltiples etapas en el lanzamiento, favoreciendo una nave totalmente reutilizable. A diferencia de los cohetes convencionales, que liberan etapas durante su ascenso para reducir peso, el X-33 estaba diseñado para lanzarse verticalmente como un cohete y aterrizar en una pista como un avión, con la promesa de reducir drásticamente los costos de enviar carga al espacio.
Sin embargo, el programa enfrentó numerosos desafíos técnicos y fue cancelado en 2001, sumándose a la lista de proyectos similares que nunca lograron materializarse. Según Livingston Holder, ingeniero aeroespacial y exgerente del programa X-33, la decisión se tomó porque los costos superaban las expectativas y la tecnología disponible en ese momento estaba al límite de lo posible. A pesar del fracaso, la idea del SSTO no murió, y Holder ha continuado persiguiendo ese sueño con Radian Aerospace, una compañía que cofundó en 2016 con la misión de revivir el concepto del SSTO.
Radian One: una nueva esperanza para el SSTO
La tecnología ha avanzado significativamente desde los días del X-33. Holder señala que hoy en día contamos con materiales compuestos más ligeros y resistentes, capaces de soportar mayores rangos térmicos, y sistemas de propulsión más eficientes y livianos. Estos avances han dado lugar al Radian One, un nuevo avión espacial que busca superar los obstáculos que frenaron a su predecesor. A diferencia del X-33, que utilizaba un lanzamiento vertical, el Radian One introduce un sistema innovador: un trineo propulsado por cohetes que acelera la nave a alta velocidad antes de liberarla para su ascenso al espacio.
El desafío de lograr un SSTO es considerable. Jeffrey Hoffman, profesor de aeronáutica y exastronauta de la NASA, explica que la necesidad de transportar todo el combustible requerido para alcanzar la órbita es una de las principales barreras. Los cohetes tradicionales, como el Falcon 9 de SpaceX, han optado por un diseño de múltiples etapas para superar este problema, desechando las etapas gastadas durante el ascenso. El Radian One, en cambio, busca eliminar las etapas por completo, ofreciendo un enfoque más eficiente y potencialmente más económico para el acceso al espacio.
El futuro del Radian One y el SSTO
Radian Aerospace está convencida de que puede superar los desafíos del SSTO gracias a tres tecnologías clave. El trineo de lanzamiento permite conservar el combustible del avión espacial hasta justo antes del despegue. Además, el tren de aterrizaje del Radian One está diseñado exclusivamente para aterrizar, lo que reduce su peso. Finalmente, las alas del vehículo, ausentes en un cohete tradicional, proporcionan sustentación durante el vuelo hacia la órbita, reduciendo la necesidad de empuje adicional.
El Radian One está diseñado para ser reutilizable hasta 100 veces, con una capacidad para transportar una tripulación de dos a cinco astronautas y con un tiempo de respuesta de 48 horas entre misiones. Según Holder, un modelo a escala del avión será probado este año, y se espera que una versión a gran escala comience pruebas de vuelo en 2028, aunque sin alcanzar la órbita en esa fase inicial.
El Radian One no solo podrá desplegar satélites en órbita, sino que también podría realizar misiones humanitarias en zonas de desastre, donde las pistas de aterrizaje han sido inutilizadas, dejando caer carga de manera controlada a través de una reentrada atmosférica. A pesar del escepticismo que rodea a los intentos anteriores de SSTO, Holder cree firmemente en la viabilidad del proyecto, siempre y cuando se aprovechen las tecnologías actuales en lugar de las del pasado.
El reto final para el Radian One será no solo lograrlo técnicamente, sino hacerlo de manera económicamente competitiva frente a otros sistemas de lanzamiento, como el Starship de SpaceX. Hoffman concluye que aunque el SSTO siempre ha sido un sueño por su potencial para reducir costos, solo el tiempo dirá si Radian Aerospace puede cumplir con esa promesa y atraer a los clientes necesarios para hacerlo realidad.
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