Crean nanobots de ADN capaces de caminar y repartir moléculas
Imagine un mundo donde se pueden inyectar nanomáquinas en el torrente sanguíneo.
Y que, dentro del cuerpo, estas son capaces de fabricar medicamentos cuando es necesario, pueden atacar a los tumores o liberar hormonas cuando se les da una señal.
Parece una tecnología de ciencia ficción, pero desde hace dos décadas los científicos trabajan en sus cimientos.
Muchos de ellos tratan de lograr cosas así de fantásticas aprovechando las interesantes propiedades del ADN, el material genético de las células.
Ahora mismo, los científicos son capaces de fabricar pequeñas moléculas de ADN y moldearlas para hacer pequeñas tareasen los tubos de ensayo del laboratorio, como mover moléculas o facilitar reacciones químicas.
Este jueves, esta tecnología ha dado un gran paso. Científicos del Caltech(Instituto de Tecnología de California), Estados Unidos, han creado un nanorrobot (o nanobot) de ADN capaz de «caminar» por una superficie, coger la carga que «se le indica» y soltarla en otro sitio designado.
Y todo sin apenas gastar energía. Este increíble trabajo ha sido realizado en el laboratorio de Lulu Qian y presentado en la revista Science.
«Aunque hemos demostrado que podemos usar estos robots para una tarea específica, este sistema puede usarse para una docena de cargas distintas en cualquier localización», ha dicho en un comunicado Anupama Thubagere, coautora del estudio.
Estos robots de ADN tiene varios bloques que pueden ser modificados para hacer taras específicas.
En concreto, cada uno de ellos tiene una «pierna» ensamblada a dos «pies», que entran en contacto con la superficie sobre la que caminan.
Además, hay un «brazo» enganchado a una «mano», que es la parte de la molécula que coge la carga y la libera.
Los investigadores aseguran que pueden incluso diseñar robots con varias manos y brazos para coger a la vez varias cargas.
Nanobots que caminan
A partir de estos principios, los investigadores han creado un pequeño grupo de robots capaces de explorar una superficie cubierta de cadenas de ADN, coger dos moléculas fluorescentes distintas, una amarilla y otra rosa, y llevarlas a dos zonas diferentes de la superficie.
Los esfuerzos de estos pequeños obreros les permitieron desplazar seis moléculas en 24 horas.
Y todo a partir de pequeños pasos de seis nanómetros de largo (un nanómetro es un millón de veces menos que un milímetro).
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