¿Prefieres lo dulce o salado?
Una serie de estudios y experimentos realizados por un equipo de sicólogos y publicados en octubre de este año muestran que, cuando decimos que una persona “es muy dulce”, no se trata sólo de una metáfora.
Personas que acostumbran comer chocolate y otros antojos o bocadillos de sabor dulce están más predispuestas que quienes consumen comida no dulce (galletas saladas, por ejemplo) a ayudar a otras personas en necesidad.
Además, la gente piensa que una persona aficionada a los dulces es también más agradable o amable que quienes no lo son.
Antes de apresurarnos a generalizar las conclusiones de este estudio para clasificar a alguien como “Chica Picante”, “Viejo Amargado” o, peor aún, “Tipo Salado”, tengamos en cuenta que los científicos no encontraron relación alguna entre los otros cuatro sabores básicos (amargo, ácido, salado y umami, este último producido por el glutamato de sodio) y algún rasgo de personalidad.