Olvidar 'refresca' la memoria y evita su saturación
"Olvidar nos ayuda a aprender. Dejar recuerdos fuera de nuestra memoria no es necesariamente una disfunción, como se suele pensar, sino una condición indispensable para incorporar conocimientos nuevos y adaptarnos a una realidad cambiante", señaló Alonso Martínez Canabal, académico del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En charla con La Jornada, el especialista, quien acaba de publicar un artículo en la revista Science sobre la amnesia infantil y el olvido en los animales adultos, destacó la importancia del olvido como una función cerebral que refresca la memoria y evita la saturación de la misma con datos inútiles, pero que curiosamente ha sido muy poco estudiada.
El hallazgo de Martínez Canabal, realizado mientras trabajaba en su tesis doctoral en la Universidad de Toronto, como parte de un equipo de investigación canadiense y japonés, tuvo lugar cuando analizaba la forma en que la aparición de nuevas células participan en la formación de la memoria en ratones adultos.
Al experimentar con los roedores, el joven científico mexicano se dio cuenta de que aumentando su número de neuronas mediante el ejercicio físico, los animales perdieron los recuerdos que ya tenían sobre un contexto en el que se les había condicionado para sentir miedo.
Asimilación de nuevas reglas y supervivencia
De igual forma, indujo la amnesia en especies de roedores que ya nacen siendo autosuficientes y no tienen problemas de memoria o aprendizaje, como los cobayos o los degus, al aumentar su producción de neuronas en el giro dentado del hipocampo a través de medicamentos antidepresivos. El resultado fue el mismo: su memoria se degradó.
Este fenómeno ocurre, explicó Martínez, porque el surgimiento de nuevas neuronas en un organismo adulto altera los circuitos específicos de estas células que ya se han formado antes y que dan lugar a los recuerdos.
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