Humor dominical
Aquel político estaba seguro de ganar ese día la elección. Pertenecía al partido en el poder, que previamente había repartido acordeones entre los electores, rellenado urnas y preparado acarreos de votantes. Con esos dispositivos no podía perder, aunque tenía la desventaja de no ser indígena. Así, le dijo con aire de suficiencia a su mujer: “Esta noche dormirás con el diputado por el Nonagésimo Distrito”. Preguntó ella: “¿A qué horas va a venir?”.
Hace 16 horas