Vecinos "adoptan" a joven migrante que vive en área verde
Con tan solo 27 años de edad, Cristian dejó en su natal Pinos, Zacatecas, a sus dos hijas, su esposa, sus padres y demás familiares, porque el sueldo ya no le alcanzaba.

HERMOSILLO, Sonora.- Cristian Eduardo Herrera Estrada es uno de los miles de mexicanos y latinos que por sus condiciones de pobreza extrema, intentan migrar hacia Estados Unidos en busca de un mejor futuro, y que posteriormente son deportados a su país de origen porque no lo logran.
Con tan solo 27 años de edad, Cristian dejó en su natal Pinos, Zacatecas, a sus dos hijas, su esposa, sus padres y demás familiares, porque el sueldo ya no le alcanzaba, pero por azares del destino, desde hace dos semanas reside en un pequeño rincón de un área verde, de la colonia Las Lomas, en Hermosillo.
Se trata de la sección Bonita, del fraccionamiento localizado al Sur de la capital sonorense, donde prácticamente el joven sin hogar fue acogido por algunos de los vecinos, gracias a su buen comportamiento y a su gusto por la limpieza.

LLEGÓ HACE 5 AÑOS
Comentó que desde hace cinco años llegó a Hermosillo, una vez que salió de su Estado y fue deportado por la frontera de Nogales.
Desde entonces anduvo vagando por aquí y por allá, hasta que llegó a Hermosillo y se instaló en distintos puntos de la colonia Las Lomas desde hace dos años, hasta que encontró esta última “estación”.
Como me quedo en la calle y no tengo dónde vivir, pues se me hizo fácil poner una cama con un tejabán”, dijo, “los vecinos no se han quejado, en cuanto me pidan que desaloje voy a desalojar, pero mientras no, aquí estaré”.
Desde Pinos, Zacatecas, salió en busca del “sueño americano”, a bordo de un tráiler hasta Guadalajara, donde se subió a “La Bestia”, como se le conoce al tren de carga que cruza todo el país y llegó a la frontera Norte.
Ahí un conocido tenía un contacto que los cruzaría “al otro lado”, pero su sueño de trabajar en Estados Unidos se vio frustrado.
En la frontera de Nogales, ahí nos reunimos con un conecte que tenía mi compa, ahí, en Nogales, y ellos nos cruzaron la frontera, pero cuando cruzamos, nos agarraron”, recordó.
LIMPIA EL ÁREA VERDE
Para tratar de agradar a los vecinos y que no decidan desalojarlo, Cristian trata de mantener limpia el área; incluso, el lugar en donde duerme.
Debajo de unos árboles su pequeño hogar, con cuatro láminas de tablaroca, además de un colchón individual que le regaló una de las vecinas.
Otro buen samaritano le regaló dos cobijas y una almohada, y con eso ha logrado pasar estos días fríos, casi a la intemperie.
En cuanto a la limpieza, a Cristian también le gusta mantener ordenado porque le gusta la limpieza y en estos momentos no cuenta con empleo; también dijo que está pendiente del paso de “personas sospechosas” hacia la sección y evitar robos o daños en la propiedad de la gente que le ha “echado la mano”.
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SUEÑA CON SER UN GRAN PINTOR
Una de las aficiones de Cristian es la pintura, y en el pequeño espacio que invadió, cuenta con crayones, colores y una cubeta de pintura que alguna persona le regaló, ya que le gusta dibujar en un cuaderno que consiguió, pero en realidad aún no lo había estrenado.
Apenas había iniciado con sus dotes artísticos en un marco de ventana que levantó de la basura, el cual colocó en una de las paredes de su tejaban, simulando una ventana real y la embelleció con colores blanco, amarillo y negro.
El gusto por la pintura, Cristian lo plasmó en su rostro, el cual lo pintó de blanco con pintura acrílica y delineó su boca con un marcador rojo, semejando un payaso, sólo por el gusto de parecerse a uno de esos personajes que parecen siempre estar felices y libres de problemas, pero la expresión en su rostro dice todo lo contrario.
En realidad, lo que más le gustaría a Cristian Eduardo es volver a ver a su familia y estaría dispuesto a trabajar en lo que fuera para juntar dinero y regresarse a Zacatecas, según expresó, ya que antes de migrar hacia el Norte, trabajaba en un taller de herrería y soldadura como ayudante.
Aunque su falta de preparación y su inestabilidad económica que tiene actualmente, lo único que puede hacer para sobrevivir es lavar carros y vivir de la caridad social, se alimenta de los pocos pesos que gana de “lavacarros”, “limpiavidrios”, “viene viene” y de lo que las personas le regalan.
Si desea ayudar a Cristian Eduardo, lo puede encontrar diariamente en el área verde ubicada en Belgrado y Polonia, de la colonia Las Lomas, sección Bonita.
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