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El Imparcial / Sonora / Asesinatos en Sonora

Nunca imaginó que Cristo Fernando había sido baleado

La primera noticia que tuvo la madre del joven de 17 años fue que había sufrido un accidente a la altura del entronque El Oasis.

Sugey nunca se imaginó que su hijo había muerto de las heridas de bala, pues la primera noticia que tuvo fue que había sufrido un accidente a la altura del entronque El Oasis, que conecta al camino hacia Carbó con la carretera federal México 15.



“De aquí (de su casa) me fui para allá, para el lugar de los hechos donde tuvo el accidente y estaba el comando de la Sedena. Cuando llegué yo, mi hijo ya no estaba, ya se los habían llevado a Hermosillo. La ambulancia de aquí de Carbó se los llevó a Hermosillo.



“Yo pregunté que si habían visto el accidente y uno de los integrantes de ahí, del grupo (militar), me dijo que sí, que sí había visto el accidente, que cuando mi hijo los vio a ellos, le aceleró al carro y ellos lo persiguieron, pero de tan recio que iban el carro se volcó, entonces yo dije: ‘Falleció por volcamiento’”, relató Yee Fimbres.



Pero fue hasta que llegó al Hospital General de Hermosillo donde le informaron que su hijo había perdido la vida, asimilando que había sido por el percance que había tenido en su vehículo sedán, de la marca Ford Mustang, color negro, modelo 2002.



“Cuando llegamos para allá mi hijo ya había fallecido y me acerqué a la mamá de Melissa y le pregunté que si cómo estaba su hija, porque mi hijo había fallecido y me dijo: ‘Imagínate como está… tiene un balazo en la cabeza’.



“Fue cuando yo dije: ‘Cómo, si se accidentaron, fue un accidente automovilístico, cómo va a tener un balazo de la cabeza’; incluso los médicos no se habían dado cuenta que estaba balaceado, sino que los de la ambulancia pidieron la al tiempo que lo levantaron se dieron cuenta que estaba balaceado, que tenía cuatro impactos de bala”, reveló.



EL SEPELIO



Decenas de personas acudieron al domicilio particular situado sobre la calle Revolución, de la localidad de Carbó, para brindarle el último adiós a Cristo Fernando, quien era muy querido por muchas personas y lo consideraban una persona muy especial, de acuerdo a las palabras de su mamá.



“Para mí era un niño especial, porque tenía muchos amigos y ustedes se van a dar cuenta de la gente que está. El día que lo velamos, una persona más no cabía aquí, en mi casa, en los alrededores, en las calles, ahí todo eso se da de qué hablar de mi hijo.



“Era muy simpático, todo el tiempo muy alegre, cantando. Eran los ojos de su papá. Él tenía corazón para cualquier gente, todo mundo cabía en su corazón… malo que lo diga porque es mi hijo, pero era hijo único”, destacó.



Innumerable cantidad de arreglos florales se encontraban alrededor del féretro de Cristo Fernando, que permanecía en el patio frontal de su casa, cobijado por la sombra de una carpa adornada con gorras distintas que sus amigos le colocaron en honor a su afición por ellas.



Aunque el dolor invadía los corazones de los presentes, la música que al adolescente le gustaba no dejó de sonar durante la noche del lunes, cuando le llevaron la banda para que tocara sus melodías preferidas, como informaron sus familiares.



En la tarde de ayer o a las primeras horas de hoy, le darían sepultura al joven que laboraba como jornalero en un campo agrícola cercano, mientras que Melisa, su pareja por casi dos años, fue sepultada por sus padres en su natal Ures.

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