Día del Pediatra: Miguel Ángel Martínez y Héctor José Paras, médicos con amplia trayectoria
La razón de convertirse en pediatras, explicaron, fue con el único fin de ayudar a los niños, curarlos y darles la oportunidad de crecer y convertirse en adultos sanos.

HERMOSILLO, Sonora.- Con 42 y 38 años de trayectoria, los médicos pediatras Miguel Ángel Martínez Medina y Héctor José Paras Gómez han salvado la vida y devuelto la salud de miles de niños hermosillenses, a través de su labor en la medicina.
Ambos han trabajado en instituciones públicas a lo largo de su vida, Martínez Medina en el Hospital Infantil del Estado y Paras Gómez en el Hospital Militar de Hermosillo, tratando incontables padecimientos y enfermedades, siempre con la convicción de hacer lo mejor por la infancia.
La razón de convertirse en pediatras, explicaron, fue con el único fin de ayudar a los niños, curarlos y darles la oportunidad de crecer y convertirse en adultos sanos.
"La gran mayoría de los médicos llegamos a un buen día en que tenemos que tomar una decisión, si seguir como médico general o seleccionó alguna especialidad médica y en ese momento yo quería neurología o cardiología", recordó Martínez Medina.
"Pero cuando empecé los internados rotatorios me tocó estar en pediatría, ahí me di cuenta del dolor que tenían los niños, la manera tan penosa en que sufrían mucho de ellos, pero sobre todo, la fuerza con la que se aferraban a la vida y no los quise dejar solos, fue entonces que supe que esa era mi vocación", contó. conmovido.
Ambos médicos admitieron haber pasado momentos realmente difíciles durante sus años de labor, haber visto niños partir y no vencer la pelea, pero también, dijeron sentirse maravillados de lo bella que es la medicina pediátrica, y de como les da la oportunidad de salvar la vida, en ocasiones, de quienes más quieren.
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Historias de éxito
"Las anécdotas más satisfactorias tengo en mi carrera son 2 y fueron con mis 2 hijas", expresó sonriente Héctor Paras, "la primera fue con mi primer hija, tenía un año y se nos ahogó en Kino, no la encontrábamos y cuando nos dimos cuenta estaba en el chapoteadero boca abajo, sin vida", relató.
"Le di maniobra de reanimación hasta 45 minutos y no salió, entonces decidí dejarla ir, pero un amigo me dijo 'dale una más', y en esa última reanimación la niña salió", relató.
Afortunadamente su hija logró superar sana y salvo ese amargo momento y hoy en día cuenta ya con 27 años y una familia, pero ese no fue el único momento difícil que Paras vivió como pediatra y padre, ya que la menor de sus hijas nació con prematures extrema, pesando poco más de 900 gramos.
"Mi última bebé nació en el hospital militar, peso 975 gramos y no requirió absolutamente nada, ni un solo aparato, ni siquiera ventilador", expuso.
"La verdad es que yo me sentí muy feliz de poder tratar a mis hijas, una porque como padre nadie le iba a echar más ganas que yo y dos, porque en todos mis pacientes siempre procuro dar lo mejor de mí para sacarlos adelante",continuó.
Tanto Martínez como Paras dijeron sentirse muy afortunados de poder tener tantos años trabajando y ver a miles de niños recuperarse durante su carrera.
A las familias hermosillenses les agradecieron la oportunidad de tratar a sus hijos, pero aún más, de hacerlos parte de la familia, al ver en muchos casos generaciones completas llegar a sus consultorios, traer a sus hijos y estar con ellos.
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