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El Imparcial / Sonora / Deportistas Sonorenses

Narran la vida de "Pilo" Gaspar en hilo de Twitter

La nieta del legendario pelotero sonorense, dio detalles del que en vida fuera uno de los mejores catchers mexicanos. 

HERMOSILLO, Sonora.- Originario de Empalme y siempre seguro detrás del plato, el naranjero Miguel “Pilo” Gaspar llegó por azares del destino al beisbol, especialmente movido por el amor que le tenia a la que a la postre se convirtió en su esposa.

La noche del martes, la cuenta de Twitter de la usuaria Lady Corrales, nieta del legendario pelotero sonorense, dio detalles del que en vida fuera uno de los mejores catchers mexicanos.

Primero que nada explicó que su apodo viene de que cada vez que iba a la tienda, en su niñez, le pedía un “pilón” a los tenderos, un extra de producto del que había comprado, por eso es que lo bautizaron como El Pilo.

Después de entrar a trabajar a los 12 años al ferrocarril de su pueblo natal y de ayudar a su papá en el mantenimiento del campo de beisbol de la localidad, Miguel conoció a una joven que le cambió la vida, pues tuvo que buscar una mejora económica para tratar de conquistarla, y así volteó a ver el beisbol.

La muchacha se llamaba Raquel, y provenía de una familia socialmente acomodada y de estrato económico elevado, quien se sintió atraída por Pilo, aunque sus cercanos le decían que ese joven “nunca iba a agarrar juicio”.

Al darse cuenta de esto, Gaspar le preguntó a su papá que si cuanto ganaban los peloteros, y al tener la respuesta, decidió ser jugador profesional de beisbol y tras un par de años de su debut en la Liga de la Costa del Pacífico, la familia de Raquel lo aceptó y decidieron casarse.

En el extenso hilo de poco más de 25 tuits, la descendiente de Miguel explica la historia de este elemento que entre otros equipos estuvo en sucursales de Orioles de Baltimore, Dodgers de Los Ángeles y la Liga de Texas.

Además e jugar en Nuevo Laredo, Yucatán, Veracruz, México, Torreón, Tampico y Chihuahua, en el Pacífico lo hizo con Rieleros de Empalme, Ostioneros de Guaymas y Naranjeros de Hermosillo.

Para finalizar el texto, la autora adjunta una serie de fotografías de su abuelo y narró una anécdota enfrentando a Héctor Espino, donde le pidió a un novato lanzador que le mandara “despacio y abajo”, envío que el Supermán de Chihuahua depositó detrás de la barda.

Al recibir un fuerte reclamo por parte del pitcher, Gaspar se limitó a decir “este siempre pega jonrón, por lo menos despacio y abajo pueden recuperar la bola, porque se pierden muchas y cuestan caro”.

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