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El Imparcial / Sonora / Día del Socorrista

Hace realidad sueño de ser socorrista

Lauro Anaya tiene 24 años de servir a la Cruz Roja y a la sociedad de Agua Prieta. 

Hace realidad sueño de ser socorrista

AGUA PRIETA, Sonora.- Los sueños de la infancia a veces se hacen realidad, como le ocurrió a Lauro Anaya Varela, quien materializó el anhelo de un niño de convertirse en socorrista de Cruz Roja Mexicana.

Durante 24 años Lauro ha pertenecido a esta institución, en la que ha encontrado grandes satisfacciones, pero también ha experimentado tragos amargos al no poder salvar vidas, y aún así, no puede desprenderse de su vocación.

"Desde niño siempre me ha gustado esto, me ha gustado sobre todo lo que es Cruz Roja, es lo que más me ha gustado y es lo que de niño me motivaba eso a entrar", relató.

Cuando Lauro tenía 17 años comenzó a colaborar como voluntario, aprendiendo lo básico y enamorándose cada vez más de su vocación, a la que le ha dedicado su vida.

Sus padres sabían de su interés por convertirse en socorrista desde que tenía ocho o nueve años, relató, así que cuando finalmente lo consiguió, tuvo el apoyo total de sus padres.

"Mis padres son una pieza principal para que yo siga aquí, ellos son los primeros que me apoyan para que yo esté aquí y a mi papá con lo que puedo decir que lo tengo orgulloso cada vez que le llevo un nuevo certificado", abundó.

Por otra parte, su madre lo alienta a seguir en la institución, afirmó, y cuando le ha comentado que quisiera tomar un descanso, ella es la primera en oponerse.

Actualmente Lauro es operador de vehículos de emergencia y coordinador de transportes, y aunque cuatro años después de ingresar a la institución recibió apoyo económico, no deja de considerarse voluntario.

Un socorrista no puede dejar de hacer su trabajo, afirmó, de tal manera que si escucha una emergencia cerca de su casa y fuera de su horario, corre para controlar la situación mientras llegan sus compañeros.

La mayor satisfacción que ha encontrado en su trabajo, es el reconocimiento de la gente, relató, porque aunque en muchas ocasiones no recuerda a quienes ayudó, ellos no lo olvidan y le agradecen haberlos auxiliado.

Padre de cinco hijos, ninguno optó por seguir sus pasos, mencionó, y a pesar de que trató de inculcarles su vocación llevándolos a conocer su trabajo, cada quien eligió su propio destino.

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