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El Imparcial / Sonora / Testimonios de la Pandemia

En primera persona: “Tenía miedo de morirme, sobre todo cuando tenía ataques de que me faltaba el aire”

Alejandro estuvo un mes aislado, le dio tos y resfriado, perdió el gusto y el olfato y se sintió muy fatigado en el lapso que padeció Covid-19(En primera persona: Testimonios de la Pandemia)

ALEJANDRO HERNÁNDEZ MAURÍN, EMPLEADO DE UNA TIENDA EN CANANEA, 33 AÑOS.

CANANEA.- Empecé con el cuerpo cortado, bien cansado y traía como la sensación de que me iba a enfermar.

Un domingo me dio resfriado, pero muy fuerte, así fui a trabajar y al llegar a mi casa me dormí, al día siguiente ya no traía nada, pero cuando me tome el café de la mañana ya no me supo ni le percibía el aroma y sí pensé “qué raro”, pero creía que era por el resfriado.

Aquí en Cananea fui como el caso número ocho, entonces no sabía cuáles eran todos lo síntomas y nomás pensé “perdí el olfato y el gusto” y le platiqué a mi mamá y ella había leído en las noticias que ese era un síntoma de Covid.

Desde días antes como yo era el que salía a trabajar y a comprar mandado, estaba aislado en un departamento y cuando me dijo eso mi mamá me volví a encerrar y ya no fui a trabajar.

En el transcurso del día me empezó a dar resfriado otra vez y pues mi mamá me dijo que hiciera la famosa prueba del vinagre, que decían que si no lo olías, era Covid y no lo olí y me fui al Seguro.

Me dieron la incapacidad y al día siguiente amanecí con síntomas leves de resfriado, pero con mucha tos.

Fue muy raro porque amanecía un día con resfriado, otro día con tos y otro como si nada, pero lo que era constante era que me sentía cada vez más fatigado.

Un día me metí a bañar y en la regadera se me nubló la vista y fue cuando ya la neta me dio mucho miedo, saqué la cabeza por la ventana del baño para poder respirar, pero no podía.

Tenía una sensación como cuando comes mucho y estás muy lleno y no puedes respirar, así sentía.

Me habían dado la incapacidad para prevenir y el doctor me dio su número para estar en contacto y me dijo que volviera a la consulta y me había bajado la oxigenación y traía temperatura y me programó la cita para el Centro Centinela en Cananea donde me hicieron la prueba y salió positiva.

Fue en junio y como quince días antes de eso, que empezaban a decir que en México estaban repuntando los casos, sí me dio miedo, como yo era el que estaba entrando y saliendo sí estaba tomando precauciones por el mismo miedo de contagiar a alguien de mi casa y estaba aislado.

Para cuando me enteré que era positivo ya tenía días aislado, pero la neta sí tenía miedo de morirme, sobre todo cuando tenía ataques de que me faltaba el aire, eran momentos como que no pensaba en nada más que qué iba a pasar si me moría.

Yo sí sentía el miedo de llegar a que me intubaran, pero el doctor que me atendió siempre estuvo muy al pendiente, todos los días me hablaba para ver cómo estaba y me preguntó si me internaban de una vez o me mandaban a Nogales, pero sí me daba miedo salir de mi casa y ya no regresar, pero yo estaba muy consiente de que si él me decía “ya vámonos, porque no hay vuelta de hoja”, sí lo iba a hacer, pero estuvo pendiente del seguimiento desde mi casa.

Nadie se acercaba a mi, yo estaba aislado y me iban a dejar la comida en la puerta del departamento y sí, ellos con miedo no tanto de contagiarse, sino qué iba a pasar conmigo, porque desde días antes ya trataba de no tener contacto con nadie.

El Imparcial: imagen de artículo

Duré encerrado un mes, no me daban de alta porque no me alivianaba, estuve un mes completo sin ver a nadie.

La pérdida del olfato y el gusto fue todo el mes completo, todavía cuando me dieron de alta seguía con falta de aire, caminaba tantito y me cansaba, me metía a bañar y tardaba mucho porque batallaba para bañarme porque me cansaba, y la tos seguía después de que me dieron de alta.

Cuando me dieron de alta fue de que “ya la libré, puedo continuar con mi vida”, sentí un alivio, no fui y abracé a mis niños porque en la transición de que me dieron de alta y poder volver a la normalidad, se podría decir, de abrazar a los niños o darles un beso, fueron otras dos o tres semanas que seguía con ese cuidado, porque pensaba a lo mejor me quedaba porque no me hicieron prueba de que ya salió negativo, sino porque los síntomas habían disminuido y había pasado mucho tiempo.

Los primeros de diciembre me volvió a dar un resfriado muy fuerte, haz de cuenta que volví a tener casi los mismos síntomas de Covid, porque perdí el olfato y el gusto como tres o cuatro días y tenía ese miedo otra vez de volver a enfermarme.

Se siente muy feo, bueno cada quien cuenta cómo le fue, pero yo me sentí muy mal, entonces cuando me volví a sentir así fui y me hice una prueba en particular, y en ese entonces sí había tenido contacto con mi mamá y sí me daba miedo, me volví a aislar, duré como una semana y media con los mismos cuidados que la primera vez, no tenía contacto con nadie, la comida en la puerta, volvimos a tomar las medidas como si en verdad estuviera enfermo por ese mismo pánico que nos quedó de la primera experiencia. Pero salió negativa. Ahorita todavía vivo con ese miedo de volverme a contagiar.

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