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El Imparcial / Sonora / Navojoa

'Mientras yo pueda trabajar déjenme', ancianita invierte los apoyos del gobierno

Lucia Sombra Mesa, de 101 años, vende chiltepín, nopales, yoyomos y orégano en el Mercado de Navojoa.

'Mientras yo pueda trabajar déjenme', ancianita invierte los apoyos del gobierno

NAVOJOA, Sonora.- A sus 101 años de edad, Lucía Sombra Mesa, residente de la comunidad de Buiyacusi, recorre 11.5 kilómetros en camión hasta el Mercado de Navojoa, donde vende chiltepín, nopales, yoyomos y orégano para ganarse la vida.

La mujer que el 13 de diciembre cumplirá 102 años de edad manifestó que trabaja invirtiendo el apoyo de la tercera edad que recibe del Gobierno federal en productos comestibles, los cuales revende por el Centro de la ciudad.
 

Yo soy originaria del Mezquital Tesia, pero me casé y me fui a vivir a los Limones Tesia, luego se murió mi hijo con el que estaba ahí y mi otro hijo me llevó a la comunidad de Buiyacusi, donde tengo diez años viviendo", manifestó.
 

La madre de siete hijos, a quien le sobreviven cinco, dijo que quedó viuda cuando tenía 39 años de edad y desde entonces trabaja para ganarse la vida.

"Mi esposo murió cuando yo tenía 39 años, desde entonces yo he trabajado porque me dejó siete hijos chiquitos", recordó, "primero elaboraba costuras, pero ahora con el dinerito que me dan de tercera edad compro y vengo a vender chiltepín, orégano, nopales y yoyomos".

Pese a que sus hijos intentan prohibirle que trabaje por temor a que sufra algún accidente, Lucía señaló que el estar activa la mantiene saludable.

"Mis hijos no quieren que venga, me dicen: ‘Ya estás grande mamá, te voy a tender el catre para que te acuestes’, pero yo nunca me acuesto", enfatizó, "le digo a mis hijos no me pidan (dinero) ni les pido, mientras yo pueda (trabajar) déjenme, así no me enfermó".

Aunque no está segura de cuál es el la razón de que a sus años se conserve en buenas condiciones, mencionó que la alimentación y la actividad podrían ser la clave.
 

Otras de mi edad no pueden caminar, no pueden andar y yo gracias a Dios que no me duelen los pies ni nada, quizás porque ando mucho, eso sí, antes no comíamos salchichas, ni bolonia, ni jamón", subrayó.

La edad no le pesa, aseveró, pues incluso ha ido a vender sus productos a Ciudad Obregón.

"Ya estoy acostumbrada, yo de día no puedo estar dormida", expresó.

 

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