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El Imparcial / Sonora / notamigracion

Atribuye mujer quemaduras en cara a agua contaminada por el ácido

El agua que alcanzó a levantar con sus manos y echar sobre su cabeza pudo haber sido suficiente para que Luz Mercedes Apodaca Corrales hoy tenga un intenso ardor y lo que parecen ser quemaduras en su rostro.

Las ampollas en sus labios le molestan para hablar y gesticular, sin embargo Apodaca Corrales, originaria y habitante de Baviácora, puede contar su experiencia en un día en que no parecía haber nada de extraño.

Fue el viernes 8 de agosto cuando, luego de una salida familiar, al bajarse en el Río Sonora sintió ganas de mojar sus pies y la cara para refrescarse, sin imaginar que en el agua podían estar presentes otras sustancias.

Y es que para ese entonces todavía no se había hecho público el derrame de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico en el río, por lo que Luz Mercedes Apodaca desconocía del peligro de entrar en contacto con el agua.

“Al momento que se vino secando cuando yo venía en el carro, se me empezó a poner la cara como cartón, muy reseca, no pasó nada, no sentí más que eso, vine y me bañé a mi casa y después al siguiente día ya me salió una ampollita y al siguiente día me salió otra”, relató.

Dos días después de la salida al río, y al ver que el ardor no cedía, decidió acudir al centro de salud del pueblo, en donde la doctora le comentó de la posibilidad de que fuera el agua contaminada, de lo cual hasta el momento no se sabía casi nada.

“Alerta nunca hubo”, precisó, “nunca se nos avisó, y el día domingo 10 fue cuando pararon los pozos; la gente me dice que a lo mejor no es el río, pero yo lo sentí cuando se me secó y venía en el carro, esa cosa tan rara como si no trajera crema en la cara”.

El día de ayer otra doctora, tras percatarse de cómo se había expandido el problema por las mejillas, le recomendó consultar a un especialista en dermatología, con quien tendrá una cita este jueves en Hermosillo.

A Luz Mercedes Apodaca se le acercó, luego de que su caso circulara en redes sociales, personal de Grupo México y de la Secretaría de Salud para apoyar con su traslado y atención en el Hospital General del Estado, a lo cual prefirió negarse.

“Yo voy a ir con un particular para desengañarme de qué es lo que traigo, (me da) más confianza porque todo está de la mano ahorita”, declaró.

Otro problema que padeció fue la falta de vital líquido sobre todo para lavar su cara, pues, aseguró, apenas el día de ayer recibió los primeros garrafones desde que empezaron a repartir en el pueblo.

Hasta antes de eso, era su esposo Taurino quien tenía que ir a comprar agua purificada para que ella pudiera atenderse sin problemas.

Sobre una posible demanda a la empresa responsable del derrame en el río, comentó que si bien no es su prioridad en este momento, podría hacerlo de ser necesario.

“Si es preciso lo vamos a hacer, pero vamos a ir primero con el dermatólogo, hasta conocer qué es, porque ellos dicen que no viene contaminado el río, y sí viene porque pues las fotos lo dicen, nomás que quieren tapar el Sol con un dedo”, expresó.

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