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El Imparcial / Sonora / Danza

Antares: 35 años de "contar" con el cuerpo

La unidad de Antares, que sus integrantes consideran una familia, no radica únicamente en colaborar en un escenario y pasar juntos horas.

HERMOSILLO.-“Cuando empezamos, empezamos con un sentido de juego de lo que era lo que nos apasionaba”, cuenta Miguel Macillas, el icónico bailarín y coreógrafo sonorense.

Como director de Antares Danza Contemporánea –compañía reconocida a nivel internacionaly uno de sus fundadores, reconoce que jamás imaginó los alcances que tendría ese “experimento” de reunirse, bailar y contar historias con el cuerpo.

“No pensábamos que fuéramos a volvernos un grupo de representara al Estado en otros lugares o a México fuera del País, ni la permanencia siquiera. La permanencia no es fácil para un grupo independiente”, acota.

Si hoy resulta complicado “aferrarse” a la danza profesional, hace más de tres décadas era casi impensable y más hacerlo en otro lugar que no fuera la Ciudad de México; en ese contexto fue que se alzó Antares con la firme decisión de asentarse “en el desierto”.

A mí sí me parecía importante, a todos los que estábamos en el grupo en aquel entonces, que fuera significativo estar aquí (en Sonora), para formar públicos y empezar a formar gente. Y de ahí, digamos, empezamos con las actividades”, refiere el maestro.

REUNIDOS EN EL NÚCLEO

Comenzaron los talleres de la misma forma en que inició la compañía: Como juego, como una forma de perpetuar más allá del escenario el disfrute de la danza por la danza misma. Pero ese divertimento se fue consolidando a grado tal que surgió la necesidad de convocar a los interesados para formar una comunidad. Y así nació el Núcleo.

El Imparcial: imagen de artículo

“Es un lugar intermedio donde a lo mejor no sabes si quieres involucrarte metiéndote a una licenciatura, pero te gusta la actividad. Porque del Núcleo no nada más ha salido gente que se dedica a la danza, ha salido gente que se dedica a otras cosas y que ve la danza como una posibilidad de ampliar criterios. Lo que yo siempre digo es que saldrán mejores seres humanos ¿no? Y eso es lo que más espera uno”, expresa.

CAMBIO DE VIDA

De la influencia del grupo habla la diversidad de sus integrantes. A la compañía se han unido muchos que alguna vez formaron parte del Núcleo como alumnos, así como bailarines de otros estados que han encontrado en Sonora el espacio para desarrollarse profesionalmente.

Es el caso de Diana Salazar, bailarina originaria de Monterrey que ha pertenecido al grupo por una década.

“Piensa uno en Hermosillo como una ciudad pequeña, pero hablando del movimiento cultural, sobre todo de la danza contemporánea, fue una sorpresa”, dice.

Para Diana, el aprendizaje constante es una de las más grandes fortalezas del bailarín.

“Es algo que las clases del Núcleo buscan transmitir, toda la filosofía que hay detrás: Quienes estamos dando clases también estamos tomando clases”, dice.

La humildad que caracteriza al grupo juega como un elemento de atracción para aquellos que sueñan con bailar.

De ello sabe Víctor Ledezma, a quien a pesar de contar ya cuatro años dentro de la compañía, sus procesos no dejan de sorprenderle y animarle.

“Cuando los vi fue muy impactante, no sabía lo que significaba. (Pero) fue tan definitivo para mí que a partir de ese momento decidí entrar, así, desde cero”, recuerda.

De su experiencia en el Núcleo, comparte, aprendió a empujar los límites no sólo de su cuerpo, sino también de su mente, al comprender que la danza es mucho más que atletismo y técnica.

“Aprendí que tengo que construir mi cuerpo y darle esas posibilidades y aunque va a llegar a una especie de ‘tope’ -que siempre se puede ir ampliando- la personalidad que puedo dar a mi trabajo lo vuelve interesante”, añade.

LA FAMILIA ANTARES

La unidad de Antares, que sus integrantes consideran una familia, no radica únicamente en colaborar en un escenario y pasar juntos horas y horas de entrenamiento y ensayo, si no en tener consciencia de la aportación individual para obtener resultados, a nivel artístico y pragmático.

“Hay un cuidado y un valor por el trabajo porque finalmente a esto nos dedicamos. Es respeto a la profesión y a uno mismo como bailarín. Y como intérprete, da mucha consciencia del entorno en el que estás”, comparte David Salazar, quien ha formado parte de Antares por 16 años.

Para él, dice, el grupo significa una estructura que da solidez a nivel personal, además de un “despertar” que modifica las maneras de desenvolverse en el mundo.

Con esa idea coincide Omar Romero, bailarín originario de la CDMX con trece años de trayectoria en Antares, quien resalta el equilibrio que buscan que consigan los alumnos del Núcleo, para que se expresen desde una “libertad disciplinada”.

“Que se sepan libres en un lugar donde si bien la disciplina y la parte técnica son importantes, se pueden desarrollar de una manera autónoma, que tomen decisiones dentro de la clase y dentro de sus vidas”, opina.

INTERCAMBIO EQUIVALENTE

Con cantidad de premios nacionales e internacionales, Antares es un referente de la danza contemporánea a nivel mundial con el que otros grupos de profesionales aspiran a colaborar.

Miguel Mancillas, su director, admite con humildad la trascendencia del grupo que formara hace más de tres décadas.

El Imparcial: imagen de artículo

“Hace unos días me llegó una carta de un grupo de España, que tienen ganas de venir a bailar. Qué impresionante que haya gente que ve que hay proyectos que nosotros hacemos como un lugar posible, profesional, que les parezca importante venir a presentarse aquí, que sí hay una repercusión”, celebra.

Además, Mancillas reconoce la importancia de retribuir a los espacios que albergan el arte, para favorecer y promover la reconstrucción del tejido social.

“Poder darle a la ciudad y que la ciudad de alguna forma te dé, es lo mismo que con cualquier relación: Valorar lo que se recibe y tener sentido de la gratitud, de la generosidad, y regresarlo. Siento que eso es lo que me ha sostenido 35 años: Esa sinergia de estar recibiendo y dando… siempre lo he encontrado valioso. A lo mejor no aguantaría si no me pensara en conjunto”.

“Seguimos definiendo, perfilando, haciendo lo que nos parece prioritario y sin parar la actividad. Como grupo independiente, creo que hemos aprendido a siempre, desde la realidad, crear”. Miguel Mancillas, Director de Antares Danza Contemporánea

“El mundo cambia cuando tomas una clase de danza. Te tiras al piso, ruedas, te pones de cabeza… son muchas sensaciones, una avalancha de emociones que aparecen y que van cambiándole la percepción al alumno”. David Salazar, Bailarín (16 años en Antares)

“Antares es tu familia. Sí permea tu manera de pensar, de accionarte, tu manera de percibirte ante el mundo. Dedicarte a una profesión artística se convierte en tu vida”. Omar Romero, Bailarín originario de CDMX (13 años en Antares)

”Que tu existir, tu manera de estar, sea también a favor del otro. Eso se vuelve bien valioso, porque hay una combinación de estar constantemente aportando desde lo que tú eres, pero también para que un objetivo en común se cumpla, que suceda”. Diana Salazar, Bailarina originaria de Nuevo León (10 años en Antares).

“Hay un proceso de aspiración y de inspiración constante. Y justo esa parte de que los que están enseñando estén tomando clases… para mí significó mucho, porque me daba esperanzas cada vez”. Víctor Ledezma, Bailarín (4 años en Antares).

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