Transforma una carriola en un puesto de frituras
Antes de la pandemia también era bolero, pero tuvo que empeñar su cajón para salir de un apuro.

NOGALES, Sonora.- Convirtió una carriola de bebé en un puesto rodante de tres pisos para vender frituras y dulces y aunque reconoce los peligros de la pandemia Covid-19, señala que es más grande la necesidad de trabajar.
José Gabriel Abril Ibarra, de 50 años de edad, tiene diez años como vendedor ambulante y bolero (lustrador de zapatos) y además realiza trabajos ocasionales de albañilería para ganar el sustento de la familia.
El hombre es residente de la calle Río Bravo, en la colonia Héroes, y a diario sale de su casa alrededor de las 07:00 horas para regresar en la noche y en un buen día logra ganar 300 pesos, aunque ahora la situación es difícil.
“Con esto del coronavirus la cosa se puso muy dura, la mayoría de los negocios están cerrados y es donde yo tengo muchos clientes, batallo más pero ni modo, así es la vida tenemos que trabajar.
“Nos dicen que no salgamos porque nos podemos contagiar, pero qué hago, a mi nadie me mantiene, ni modo que me quede en mi casa acostado a esperar que me lleven las cosas, no se puede”, comentó.
Abril Ibarra señaló que ante la difícil situación económica tuvo la necesidad de empeñar su cajón de bola en 100 pesos para comprar dulces y que ahora tiene que pagar 130 pesos para recuperarlo.
También indicó que los productos suben de precio y que le genera tener menos ganancias como por ejemplo el kilo de bolsas de plástico que utiliza para las frituras que costaban 36 pesos ahora valen 52.
El vendedor ambulante anteriormente utilizaba una canasta para vender sus dulces, pero desde hace dos meses adaptó una carriola de bebé y con tablas le aumentó la altura para colocar subproductos.

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