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El Imparcial / Nogales / Tierra Consentida

Revive estufas y chimeneas en Magdalena de Kino

Continuando el recorrido por Magdalena de Kino, conoce la historia de Rody Osorio, quien tiene más de tres décadas de reconstruir lo que muchas familias consideran tesoros.

Revive estufas y chimeneas en Magdalena de Kino

MAGDALENA DE KINO, Sonora.- Estufas y chimeneas de leña que datan de siglos pasados representan tesoros, recuerdos y nostalgia para muchas familias y en Magdalena, hay unas manos que las reconstruyen y las dejan como nuevas.

Rody Osorio tiene una trayectoria de 32 años reconstruyendo los artefactos antiguos para clientes que tiene en Arizona, Estados Unidos, así como ciudades y pueblos de todo Sonora y otros Estados de México.

La antigüedad de las reliquias provoca sentimientos en quienes heredan las estufas que fueron utilizadas por padres, abuelos y antecesores y el poder reconstruir artefactos que enriquecen la historia familiar es motivante para la emprendedora mujer. 

“Cuando era niña mi padre era la única persona en esta región que arreglaba estufas de leña y de gas, ahí fue cuando poniendo un tornillito, quitando otro, fui aprendiendo hasta que me apasionó este trabajo.

“Bendito sea Dios ya tengo bastante tiempo reconstruyendo estufas para gente de Tucson, Sahuaripa, pueblos y rancherías de Arizona y Río Sonora, de Tijuana, Chihuahua, Baja California y prácticamente de todas las ciudades de nuestro Estado”, dijo.

En el taller de Rody Osorio, ubicado en calle Río Balsas número 124, en la colonia Fátima en Magdalena de Kino, hay decenas de estufas y chimeneas de diferentes modelos, las más antiguas del año 1632, otras de 1816. 

El trabajo es laborioso y de mucho esfuerzo, una reconstrucción tarda desde diez a 25 días dependiendo del tamaño y estado de cada estufa y se puede cobrar por la reconstrucción terminada un promedio de los 30 hasta los 50 mil pesos.

A lo largo de los años, en el taller de Rody se ha logrado acumular cientos de piezas de estufas viejas que sirven como reemplazos para los proyectos de reconstrucción y otras son creadas de nuevo con el ingenio y sabiduría de la mujer.

 

“Hay ocasiones que me traen las estufas en cajas, desbaratadas y se sorprenden cuando las entrego nuevas, con brillo, muy detalladas y eso ha permitido que los mismo clientes me recomienden y gracias a ello no me falta el trabajo”, comentó.

“No estudié para esto que realizo, pero es tanto el amor que le tengo a mi trabajo que he leído muchos libros sobre estufas antiguas y hoy en día, ya conozco de memoria cada parte, cada pieza para reconstruirlas”, añadió.

 

Don Héctor es magdalenense de nacimiento y de corazón

 

“Había tres o cuatro carros, jugábamos descalzos, era un pueblo muy tranquilo donde todos nos conocíamos y con mucho auge minero y me encantaba comer 
el pozole de venado”, recordó Héctor Armando Moraga.

El hombre de 71 años de edad, nacido en Magdalena de Kino, dijo estar orgulloso de su tierra y su gente noble y en la añoranza se acordó de su niñez y juventud cuando sólo le importaba ser feliz.

“No había más que tres o cuatro carros toda la gente se trasportaba en caballos, era todo muy tranquilo y todos nos conocíamos en el pueblo, eran tiempos de mucha tranquilidad, aquí nos la llevábamos vagueando.

“Recuerdo que de niño lo que más me gustaba era comer pozole de venado, tenía unos tíos que eran cocineros de rancho y en tiempo de invierno cazaban venados y preparaban el pozole muy sabroso”, platicó.

El hombre oriundo de Magdalena de Kino rememoró que en aquellos años de alrededor de 1955 en la región se vivió un auge de buscadores de metal con el descubrimiento del sector minero conocido como El Mezquite.

“En Magdalena había tiendas grandes y los rancheros, personas dedicadas a buscar oro que vivían en El Mezquite y la región del Río Sonora, cerca de Cucurpe, venían a comprar provisiones a esta ciudad”, expresó.

“Aquí siempre fue distinguido por la ganadería y la gente también vivía de cosechar sus tierras, se llegó a sembrar hasta algodón, era muy tranquilo y recuerdo que se hacían unos bailes muy bonitos en el pueblo”.

 

 

Qué degustar

  • En Magdalena son famosos los dulces de membrillo elaborados en diferentes lugares del municipio, aunque se dice que el más sabroso es el de San Ignacio.
  • A los adultos mayores del municipio se les hace agua la boca tan sólo de recordar el rico pozole de venado que comían en su infancia.
  • Hoy en día no debe perderse la oportunidad de disfrutar un exquisito café orgánico y la comida que se sirve en el Café Sed, ubicado en la antigua Casa del Ministerio de Guerra, conocida también como la Casona del General Carlos Plank, una construcción de 1906 con estilo arquitectónico inglés campestre, que pertenece al catálogo de inmuebles históricos del pueblo mágico de Magdalena de Kino.

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