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Buscan garantizar seguridad y buen trato a migrantes

Al normalizarse las repatriaciones, autoridades del INM se coordinan con Cruz Roja y albergue de Nogales para recibirlos y atenderlos.

Buscan garantizar seguridad y buen trato a migrantes

Nogales, Sonora.- Luego de altibajos por la contingencia sanitaria del Covid-19 se empieza a normalizar la repatriación de migrantes y las autoridades están en continua adaptación para garantizar seguridad y trato humanitario.

Nadir Fernández Villasana, representante local del Instituto Nacional de Migración (INM), destacó la coordinación que realizan con Cruz Roja Mexicana (CRM), Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) y albergue San Juan Bosco de Nogales.

“Antes de que se presentara la pandemia normalmente teníamos un promedio de 72 migrantes repatriados a diario y se presentaban días excepcionales donde atendíamos hasta más de 200 personas repatriadas.

“Cuando inició la pandemia bajaron a un promedio de 15 a 20 migrantes repatriados y hoy en estos días de nueva cuenta se está normalizando y estamos atendiendo hasta 45 repatriados por día aquí en las instalaciones del INM”, mencionó.

Fernández Villasana indicó que ante la problemática del Covid-19 al igual que muchas dependencias han modificado los protocolos de seguridad para garantizar la salud de los migrantes sin olvidar la importancia de darles un trato digno.

Es impresionante la labor humanitaria que realizan los integrantes de Cruz Roja y del albergue Juan Bosco, son un apoyo excepcional en estos tiempos de pandemia para la situación vulnerable que enfrentan los migrantes” mencionó.

RECEPCIÓN Y ATENCIÓN

Los migrantes repatriados por Nogales son recibidos por personal del Instituto Nacional de Migración y paramédicos de Cruz Roja, quienes les hacen revisión médico.

Indicó que luego de los estudios médicos, si resultan migrantes con síntomas de Covid-19 o alguna otra enfermedad son canalizados por parte de las autoridades migratorias al sector salud para que sean atendidos en hospitales.

Los migrantes reciben bebidas y alimentos para luego ser registrados y entregarles la constancia de repatriación que tiene beneficios de descuento de transporte, del 25 al 50%, hospedaje en albergue y desayunos.

“Los migrantes repatriados de origen mexicano son libres de elegir y transitar por todo el territorio mexicano, ya sea si deciden quedarse en la frontera, acudir a un albergue o regresar a sus lugares de origen.

“Las personas repatriadas que son de otras nacionalidades, si pertenecen al programa de asilo político se les otorga una forma migratoria y se les deja en libertad hasta que concluya el permiso”, explicó el funcionario.

REFUGIO EN TIEMPOS DE COVID

Juan Francisco Loureiro Esquer, asesor jurídico del Albergue para Migrantes San Juan Bosco, confirmó que siguen recibiendo migrantes, porque si no lo hacen, los dejarían totalmente en indefensión.

“De manera diaria estamos recibiendo a migrantes devueltos de los Estados Unidos y los atendemos siguiendo los protocolos sanitarios recomendados por la Secretaría de Salud para evitar los contagios.

“Estamos sanitizando diariamente, aplicando cuestionarios y revisando la temperatura, siempre estamos tomando medidas sanitarias y de hecho gracias a esas medidas pudimos detectar síntomas de Covid-19 en cinco personas”, dijo.

DOLOR Y ESPERANZA

Cada migrante es una historia de sufrimiento, dolor y esperanza.

Algunos migrantes que esperan en Nogales tratan de descansar un poco mientras llegan sus empleadores y otros se preparan alimentos al aire libre.

María Magdalena Morales, de 22 años y originaria de Guatemala, relató con lágrimas en los ojos que viajó 15 días hasta esta frontera con su hijo que tiene síndrome de Down para pedir asilo político a las autoridades de Estados Unidos.

“Ayer nos entregamos a la migra para pedir asilo político porque quiero una vida mejor para mi hijo, mi esposo nos abandonó porque no aceptó a nuestro niño con síndrome de Down y por eso me vine a buscar ayuda” comentó.

María Pérez, de 26 años, también originaria de Guatemala, viajó 20 días con su hijo de 6 años hasta Nogales para pedir asilo político a las autoridades norteamericanas, fue deportada y ahora se encuentra en la lista de espera para su audiencia.

“Yo me vine, me escapé de mi casa porque estaba siendo amenazada por mi familia, hemos sufrido mucho, para llegar hasta acá y lo que quiero es llegar a Estados Unidos, allá tengo una hermana y un hermano”, narró. 

LABOR HUMANITARIA

Gracias a los convenios de colaboración entre Cruz Roja Mexicana (CRM) y Comité Internacional de Cruz Roja (CICR), los migrantes reciben atención diaria.

Todos los migrantes que son repatriados por la garita de Nogales reciben atención preshospitalaria por parte de socorristas que se encargan de realizar los exámenes para detectar posibles síntomas de contagio de Covid-19.

Los paramédicos nogalenses también se encargan de visitar de manera periódica el Albergue San Juan Bosco y desayunos de la Iniciativa Kino para revisar la condición de salud de los migrantes.

Saúl Arias, socorrista de Cruz Roja Nogales, es el encargado de realizar los recorridos en un auto todo terreno por las zonas despobladas que son utilizadas por migrantes que buscan cruzar de manera ilegal hacia Estados Unidos.

“Hacemos recorridos de manera permanente por todas las áreas de la línea Internacional que están alejadas de la zona urbana para tratar de localizar a migrantes que requieran de nuestro apoyo.

“Hemos encontrado migrantes deshidratados, en ocasiones lesionados que requieren atención y gracias a este programa del Comité Internacional de Cruz Roja y Cruz Roja Mexicana pues se ha logrado salvar vidas”, dijo.

Muchos migrantes repatriados deciden quedarse en Nogales para volver intentar “el sueño americano” y en ese camino son apoyados por instituciones.

José Manuel Castro y Giovanni Gatica, originarios de Michoacán, tienen tres y una semana respectivamente que fueron deportados y decidieron quedarse en la frontera en espera de que surja una oportunidad de poder cruzar de nuevo a Estados Unidos. Por mientras toman cualquier trabajo para ganar dinero y sobrevivir.

Casos similares son los del veracruzano Pablo Cruz y del hondureño Jorge Giovanni, quienes se hacen compañía, se comparten trabajos y alimentos.

Son decenas de migrantes en esta ciudad, algunos repatriados, otros recién llegados, pero todos con la esperanza de cruzar al vecino País y hay quienes se quedan y se adaptan a la vida diaria de la frontera.

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