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"Trabajar de payaso es mi arte, es mi pasión"

Las monedas que su público le entrega son la muestra de que su presentación les gusta.

"Trabajar de payaso es mi arte, es mi pasión"

HERMOSILLO, Sonora.- Él no se imagina en otro trabajo, lo disfruta tanto que le es difícil explicarlo. Rick Luis Patlán Villarreal es "Zancudito", un payaso malabarista cuyo escenario son los cruceros y su público los automovilistas en espera del cambio de luz del semáforo. Es corto el tiempo que tiene para impresionarlos y lograr que le den unas monedas.

A pesar de lo impredecible que pueda resultar el ingreso diario él no sólo trabaja para pagar sus alimentos y hospedaje, su jornada debe ser tan productiva que le alcance para enviarle dinero a su esposa e hijo que viven en el Estado de México.

En Pino Suárez y bulevar Luis Encinas el payaso cuenta sólo con los segundos que le da el semáforo para poder impresionar a los automovilistas.


Para él lo más difícil de trabajar en Hermosillo ha sido el clima, pues por las altas temperaturas debe hidratarse continuamente y limpiar con cuidado el sudor de su rostro para que no se le caiga la pintura.

"Llevo alrededor de cincoaños trabajando de payaso y desde los 13 años de edad he aprendido a laborar en diferentes actividades", relató, "un día participé en un Foro Cultural del Estado de México y ahí empecé los aprendizajes del arte de la cultura y los malabares con un primo haciendo zancos".

Una llanta y unos aros es todo lo que necesita para sorprender a su público.


"Mi padrino de payaso fue ‘Pata de Perro’, de Laredo, Tamaulipas, a quien recuerdo con mucho cariño", contó.

Mientras espera el cambio de la luz del semáforo en el cruce de la calle Pino Suárez con el bulevar Luis Encinas, "Zancudito" agarra sus herramientas de trabajo: Los aros, pinos y la llanta en la que se sube para iniciar su acto.

El acto que haga frente a los automovilistas debe ser corto, pero con un grado de dificultad que logre impresionarlos para que le den unas monedas.


on peatones que pasan a su lado, pendiente de la luz del semáforo y los automovilistas en ocasiones puede llegar a caérsele alguno de los objetos. Aún así, él no pierde el estilo y como si nada pasara continúa con las acrobacias que logran captar la atención de los automovilistas, quienes dan unasmonedas como muestra de que la presentación les gustó.

"El trabajar de payaso es mi arte, es mi pasión, a veces no sabría como explicarlo", expresó, "porque disfruto demasiado al llevarle un espectáculo callejero a las personas de todas las edades a quienes agradezco de todo corazón su ayuda, su cooperación para que yo salga adelante".

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