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El Imparcial / Hermosillo / Educación en el Covid

Toma clases en una banqueta del Centro de Hermosillo, mientras su mamá trabaja

Su mamá está al pendiente de él y lo apoya cuando es necesario ella compró a crédito la computadora y el Internet se lo prestan locatarios de un negocio

HERMOSILLO.- Una escalera es su escritorio, ahí pone la computadora que su mamá sacó en abonos para que él lleve sus clases en línea y haga sus tareas.

Los locatarios de un negocio cercano le dieron la clave del WiFi para que pueda conectarse a Internet.

Es José Manuel, de 12 años, quien estudia el primer año de secundaria y con un excelente buen humor está feliz de poder tomar las clases y estar con su mamá.

Su mamá afirma que todo vale la pena pues quiere que su hijo se supere.

La banqueta de una de las calles más transitadas del Centro de Hermosillo es el salón de clases de Juan Manuel Moscosa González, quien estudia ahí mientras su mamá trabaja en su puesto.

No tengo con quién dejarlo, somos yo y él aquí en la ciudad, no tengo familiares, tengo que salir a trabajar y por eso me lo traigo al puesto, no puedo dejarlo encerrado solo, aquí en la banqueta toma sus clases por fuera de la tienda cerrada”, comenta Jocelyn González Torres.

Para esta nueva normalidad de llevar las clases en línea, cuenta Jocelyn, adquirió a crédito la computadora y su hijo recibe Internet gracias a que los locatarios del puesto aledaño le brindan este servicio para que el menor siga con sus estudios.

El escritorio de Juan Manuel es una escalera y ahí pone la laptop que su mamá compró a crédito para que él pudiera tomar sus clases.

EL QUE QUIERE, PUEDE
Juan Manuel está ya acostumbrado al ruido del día a día en el Centro y a pesar de todo el movimiento, dice que puede concentrarse sin problema en sus clases.

“Voy a la Secundaria 24, voy a primero, en la mañana estoy en las clases y en la tarde hago las tareas, aunque pasa mucha gente sí me concentro, sólo volteo cuando traen música a todo volumen”, señala Juan Manuel, de 12 años.

El adolescente también hace ahí las tareas, pues así aprovecha el Internet que tan generosamente le prestan unos locatarios que están a dos puestos de donde se ubica la caseta en la que trabaja su mamá.

Y aunque extraña las clases presenciales, pone su mejor empeño en esta etapa en la que son en línea. Todavía no sabe qué carrera quiere estudiar, pero está seguro de que continuará preparándose.

Tanto él como su mamá usan cubrebocas, tienen gel a la mano y siguen todas las indicaciones para disminuir el riesgo de contagio de Covid-19.

Juan Manuel Moscosa González, de 12 años de edad, señala que no le cuesta trabajo concentrarse en medio del movimiento que hay en el Centro de la ciudad.

QUE SEA ALGUIEN EN LA VIDA
La madre de familia afirma que “el que quiere puede”, pues Juan Manuel sentado en una silla de plástico y con una pequeña escalera como escritorio para su laptop y libros, lleva las clases por las calles Matamoros y Morelia.

“Es difícil porque llegamos a las 8:30 en la mañana y nos vamos a la 6 de la tarde, estoy al pendiente del chamaco y atendiendo el puesto, pero todos los vendedores me echan la mano, nos ayudan”, añade, “lo importante es que él no deje la escuela y sea alguien en la vida”

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Jocelyn está al pendiente de las clases que toma su hijo y lo apoya cuando necesita ayuda.

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