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Tiene el Seminario de Hermosillo retos y esperanzas

El padre Isaac Urías Ibarra, nuevo rector, comenta que es una gran responsabilidad la formación de futuros sacerdotes.

Tiene el Seminario de Hermosillo retos y esperanzas

HERMOSILLO, Sonora.-La crisis educativa, de seguridad, sanitaria y el secularismo se han convertido en los principales retos para la Iglesia y el Seminario de Hermosillo, aseguró el nuevo rector, padre Isaac Urías Ibarra.

El sacerdote señaló que la rectoría en el Seminario es una gran responsabilidad que le fue conferida por el arzobispo don Ruy Rendón Leal al iniciar este ciclo, para continuar su labor al frente de la Iglesia en la formación de los futuros pastores.

Indicó que hoy día, tienen grandes retos de orden social como la crisis educativa, sanitaria y de seguridad en la población las cuales requieren respuesta con sabiduría de los líderes pastores para guiar al rebaño del señor Jesús en la Iglesia.

Otro de los grandes retos que tienen que enfrentar, mencionó, es el secularismo, lo que ha llevado a que la religión se vaya arrinconando para vivirla en lo íntimo, en el templo solamente mientras que en la calle, instituciones, trabajos, etcétera, pareciera que Dios no existiera.

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“Las leyes que hoy tenemos y que están re-elaborando en los congresos locales están empapadas de este secularismo que quiere poner a la religión en lo privado, no en lo público, y tenemos una crisis grande en la sociedad de todo tipo que ya sabemos, tenemos que darle la cara para enfrentar esos grandes retos como pastores”, externó.

La sociedad, opinó, tiende a hacerse cada vez menos religiosa y desacralizada, incluso en la vida que debe considerarse como sagrada, respetarla y hacer valer con dignidad desde la concepción hasta la muerte natural.

A nivel nacional hay algunas líneas de formación para los seminarios en México, pero también la Santa Sede tiene líneas de orientación fundamentales acerca de lo que se requiere en la formación inicial de su sacerdocio”, apuntó.

PLAN DE FORMACIÓN

Aunado a lo anterior, agregó, el arzobispo monseñor Ruy Rendón Leal le dio las líneas generales para lo que será el plan de formación, que consiste en la invitación que hizo el papa Francisco a tener experiencia de formación más singular, es decir, saber escuchar a seminaristas, a las comunidades, pueblo y sociedad para entender y actuar juntos en un ambiente de respeto y tolerancia.

Admitió que en la actualidad la Iglesia hoy tiene que ser necesariamente singular, dialógica y debe escuchar, más que dictar orientaciones o líneas desde un escritorio. Tienen que estar más cercanos como pastores al rebaño, a las ovejas, escuchar y juntos discernir la voz y la voluntad de Dios.

El Seminario donde se forma a los futuros pastores, consideró, se tiene que ir adaptando e ir como dice la escritura en el Evangelio: “El hombre sabio tiene que ir tomando cosas antiguas que ya estaban ahí en el baúl y ponerlas actualmente a los jóvenes”, pero también sacar cosas nuevas.

RECIÉN INGRESO

Fotografía: Eleazar Escobar

Informó que el Seminario en Hermosillo que opera desde 1888, recibió este ciclo a seminaristas que serán atendidos por el equipo formador permanente que está integrado por siete sacerdotes, así como por 34 maestros sacerdotes, laicos, religiosos, y en otros ciclos han recibido a 70 ó 80.

“Estaremos con ellos ofreciéndoles y dándoles lo que necesiten para que puedan sostenerse en su deseo de ser sacerdote y no sólo sostener sino ir mejorando actitudes, hábitos, acciones para que en el futuro sean pastores buenos”, puntualizó.

Los jóvenes seminaristas, dijo, cuentan con ayuda especializada de sicólogos, de profesores de sociología, de elementos humanos para las relaciones humanas, y de áreas que son importantes y modernas que permiten reforzar, apuntalar o reconstruir su formación inicial, no todo se centra en la teología o filosofía.

Las vocaciones durante la pandemia sufrieron afectaciones en la forma de acompañar y animar a los jóvenes que tienen el llamado de Dios de convertirse en pastores, pero ahora harán un trabajo vocacional previo al seminario en grupos juveniles de las parroquias, familias y otros.

“Las vocaciones al sacerdocio son un misterio, Dios llama y el hombre responde, los jóvenes de nuestra Iglesia diocesana, digamos que tiene diferentes comportamientos en sus respuestas a Dios, hay etapas donde hay muchas poblaciones y son diferentes circunstancias la que afecta esta respuesta vocacional”, expresó.

CRISIS VS. VOCACIÓN

El padre Urías Ibarra añadió que no siempre se responde adecuadamente al llamado de Dios debido a diferentes situaciones, como la economía, crisis familiares, educativas o en instituciones públicas.

Son diferentes circunstancias, a veces también el Seminario como promotor de las vocaciones. Dan testimonios que son heroicos, algunos gestos que hacen que los jóvenes, muchos de ellos dejan realmente muchas cosas, que tienen futuros muy grandes y carreras profesionales y aquí deciden dejar su vida, y esos testimonios atraen a otros jóvenes”, aseveró.

En los días que lleva al frente de la rectoría del Seminario, indicó, ha visto un gran potencial en los seminaristas, pues al regresar este ciclo, la casa estaba abandonada por el trabajo acumulado de limpieza, después de dos meses de vacaciones, y fueron ellos quienes apoyaron en acondicionarla.

“Los veo con ideales, con deseos de aprovechar su juventud y ahí iré conociendo más adelante otras cosas, pero también me sorprende el valor del trabajo y del cuidado que ellos tienen. Está casa está desde los años sesenta, respetan el lugar y lo cuidan”, manifestó.

En el primer año del seminario, expuso, se dan cuenta que hay valores que se deben potenciar, promover y pulir.

Es reto trabajar con jóvenes y adolescentes, pero tienen que echar mano de recursos, de relaciones humanas que se puedan promover y sobre todo tener ambientes pacíficos.

AGRADECE APOYO Y ORACIÓN

Agradeció a la sociedad en general por sus oraciones y el amor que le tiene al Seminario y a sus seminaristas, el apoyo que le brindan, sus donativos, las actividades que realizan para sostener la casa de formación educativa más antigua de Sonora.

“Se sostiene gracias a Dios y al amor a la Iglesia y eso se agradece mucho, el seminario es el corazón de la Iglesia, San Pablo nos decía que la Iglesia es el cuerpo de Cristo. “Todos los miembros de la Iglesia valemos mucho, somos importantes, tenemos una visión y tenemos una tarea”, resaltó.

También agradeció la labor que realizó el padre Daniel Millán al frente del Seminario y sobre todo por sacar adelante a la institución en medio de la crisis de la pandemia de Covid, y sostener el ritmo de la formación de los muchachos que se preparan para ser sacerdotes.

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