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El Imparcial / Hermosillo / Día de las Madres

Recibirá abrazos a distancia, pero con mucho amor

Su hija es paramédico y hace semanas decidió aislarse para proteger a sus padres y su hijo estudia en Canadá; este Día de las Madres las felicitaciones serán virtuales.

Las cenas de Navidad se convirtieron en comidas, las noches de Año Nuevo se volvieron tardeadas y este año, también, la celebración del Día de las Madres se transformará en una reunión virtual. Pero aun con la nostalgia, Lupita considera que no hay mejor regalo que ser cuidada por sus hijos.

No los voy a poder abrazar, pero los abrazaré a distancia porque al final eres consciente de que así tiene que ser, que no puede ser de otra manera. Yo agradezco a mi hija que haya decidido irse de casa para cuidar a sus papás”, dice Lupita.

En su celular y en su oficina, Guadalupe Romero Domínguez guarda muchos recuerdos de sus hijos, Karla Noemí y José Alan. De Karla tiene varias fotos de ella haciendo lo que más le gusta: Con su traje de paramédica, a bordo de la ambulancia o en la motocicleta, lista para atender un servicio.

También tiene el reconocimiento que Karla recibió en 2019 como Socorrista del Año de Cruz Roja Hermosillo, institución a la que llegó hace nueve años.

Se inscribió en Criminología y Criminalística. Los fines de semana estudiaba Técnico en Urgencias Médicas y entre semana en Criminología. Terminó las dos carreras y obtuvo sus dos títulos”, recuerda.

Karla continuó como voluntaria en Cruz Roja. No tenía remuneración, pero quería hacer de todo, relata su mamá: Quería subirse a la ambulancia, ser jefe de servicio, aprender e inscribirse a todos los cursos posibles.


LO MÁS DIFÍCIL

La primera Navidad desde que Karla entró a la Cruz Roja fue la más difícil para su familia. Les hizo saber que había un compromiso con la institución y que su deber era estar en servicio durante la Nochebuena. Lo mismo sucedió en la noche de Año Nuevo, y así por los siguientes años.

Al principio fue muy difícil hacerse a la idea, reconoce, pero tras entender que era lo que su hija quería hacer decidieron no sólo apoyarla sino también adaptarse a las circunstancias. Así fue como la cena de Nochebuena en casa de los Guzmán Romero se cambió por una comida.

A final de cuentas lo importante es estar unidos y estar como familia. ¿Qué importa la hora?, ¿qué importa si es a las 2 de la tarde o a las 11 de la noche?”, asegura Lupita.

Cuando las noticias del coronavirus empezaron a ser más frecuentes y cercanas, la familia comenzó a prepararse. Y Karla, quien sabía que podía exponer a sus papás, fue la primera en tomar todas las medidas.

“Ella llegaba, como lo vieron en muchos videos, se quitaba el uniforme, las botas las dejaba en su carro, y directo a bañarse. Ni la abrazábamos ni nada. Tiene el turno que termina a las 11, 12 de la noche, y a esa hora la esperábamos para saludarla”, comparte la mamá.


Karla no estuvo del todo tranquila con ese protocolo. Hace unas semanas tomó la decisión de irse temporalmente de su casa, para no poner en riesgo a sus padres. No se han visto desde entonces.

Lupita resalta que no deja de ser mamá. Tanto a Karla como a José Alan, quien estudia en Canadá, les envía mensajes a diario para desearles buen día, y cuando hay oportunidad hablan por videollamada.

Con sus dos hijos fuera de casa y sin posibilidad de abrazarlos, Lupita pasará hoy un Día de las Madres diferente a cualquier otro, pero consciente de que es algo temporal y que el amor de familia siempre está presente.

“No te terminas de adaptar a que no están, pero yo pienso que no nos sentimos tan lejanos porque somos muy cercanos, somos muy unidos”.

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