"Que nos respeten así como los respetamos"
Es una niña orgullosa de sus raíces indígenas, pero a sus 10 años Renata ya sufrió en carne propia la discriminación que pueden llegar a vivir las mujeres, pues por su género fue expulsada de un grupo musical de su comunidad.

Es una niña orgullosa de sus raíces indígenas, pero a sus 10 años Renata ya sufrió en carne propia la discriminación que pueden llegar a vivir las mujeres, pues por su género fue expulsada de un grupo musical de su comunidad.
"Déjenme tocar", es el grito
desesperado de la menor, quien a través del arte busca dar a conocer los usos y costumbres de su pueblo.
Renata Villa Corbalá es originaria de la comunidad indígena de Masiaca, en Navojoa. Ella toca la wejja (tambor de agua), un instrumento de la etnia Mayo.
Para tocarlo, explica que debe llenar un recipiente grande con agua y ahí se coloca una jícara, la cual tiene un pequeño orificio para sujetar con un cordón.
"Dependiendo de la cantidad de agua que tenga es el tono que me va a dar", añade. "Este instrumento se toca para acompañar la Danza del Venado".
De hecho, Renata sueña con aprender esta típica pieza sonorense, pero las autoridades tradicionales sólo le permiten tejer.Hasta hace unas semanas,era la única niña en el grupo infantil Ili uusim maasobuiikame, que significa "Niños cantando a la naturaleza".
"Estoy muy triste porque me sacaron (del grupo) pero respeto a los mayores", dice, "me gustaría que tuviéramos las mismas oportunidades que los hombres".
También es consciente de la violencia hacia la mujer en México, pero tiene la esperanza de que en el futuro todo cambie.
"Nunca me he imaginado, pero me gustaría que nos respeten así como nosotros los tenemos que respetar, que tuviéramos las mismas oportunidades".
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