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El Imparcial / Hermosillo / Deportistas sonorenses

La mujer detrás de Alejandra Valencia

Elizabeth Trujillo ha sido un pilar importante en el éxito de la arquera sonorense Alejandra Valencia.

Alejandra se para en el carril, con sutileza coloca una flecha en su arco y sin pensar mucho lanza y pega en el 10, como sucede en la mayoría de las ocasiones, pero detrás de cada uno de sus movimientos hay una recomendación, una palabra de aliento o incluso un regaño de su mamá Elizabeth.

Para Alejandra Valencia, dos Juegos Olímpicos y tres Panamericanos la colocan como una de las mejores deportistas en la historia de Sonora, y atrás siempre ha estado el apoyo incondicional de su madre Elizabeth Trujillo.

Al principio las cosas no iban fácil para Alejandra, incluso por su cabeza pasó el dejar el deporte, pero fue entonces cuando apareció la figura maternal y la trató de convencer de que sí podía llegar a lo más alto.

Siempre hubo ese apoyo cuando yo le dije que me gustaría hacer ese deporte me dijo que me llevaría, a veces decía que no quería entrenar, que no quería seguirle y siempre me hacía ver que esto era lo que me gustaba, que tenía que hacer las cosas bien”, comentó la arquera.

Para la señora Trujillo la situación también se pone complicada cuando su hija tiene que salir de viaje por un lapso largo y, como toda madre, la preocupación de que todo esté bien con ella se hace presente aunque no lo quiera.

Para mí lo más difícil es cuando ella se va, me quedo con el pendiente de si va a estar bien, cómo va a viajar, quiénes van a estar, dónde van a llegar, eso es lo principal, por lo demás no es tanto el pendiente porque sé que las instalaciones son seguras”, comentó.

Una de las situaciones fundamentales y de las que, en su plan de madre, ha tratado de ser más insistente, es en el hecho de tanto Ale como Margarita, quien también se dedica al tiro con arco, no soltaran por completo el tema del estudio y también tuvieran una carrera profesional.

“Nosotros les pedimos que se prepararan, que tuvieran ellas también una carrera para que en un futuro, si no pueden seguir su deporte, sigan su carrera profesional. Esto es porque sabemos que a veces el deporte no es una carrera tan longeva”, indicó.


El seguir a Alejandra a sus competencias más importantes ha sido un tema complicado para su mamá, y una historia complicada fue la que pasaron para estar con ella en Londres, donde no pudieron verla en su debut en unos Juegos Olímpicos.

“En Londres fue muy sufrido porque no íbamos a ir, una familia que tengo en Estados Unidos me habla y me dicen que consiguieron boletos a precio y me animé y nos fuimos, pero no teníamos apoyo de nada, y el día que estábamos ahí, cuando veo a Alejandra y que no pudimos entrar después de haber viajado tanto fue algo muy sufrido”, rememoró.

Todo lo contrario a lo que hicieron en Río de Janeiro donde disfrutaron cada una de las ocasiones que su primogénita salió a luchar por México, cuando se quedó a un paso de subirse al podio, lo que calificó como una emoción diferente ya que pudo convivir con ella casi en todo momento.

“Mis hijas son muy seguras, si dicen que van a hacer algo lo intentan hasta que lo logran, y en tiro con arco pasó lo mismo, y si hubo momentos en los que ella me decía que no quería seguir, porque le gritaba el entrenador, pero yo le decía que aguantara.

“Yo le decía que se fajara el cinturón y se hiciera responsable de lo que estaba haciendo y ahí en adelante vinieron los primeros logros en Olimpiada Nacional y después de ahí la tomó Miguel Flores y a partir de ahí nos dimos cuenta que tenía mucho por dar y lo ha demostrado”, comentó.

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