La Iglesia se pronuncia por el abuso de niños

El abuso de los adultos hacia los niños y niñas es algo que no se puede tolerar, aseveró el arzobispo de Hermosillo, José Ulises Macías Salcedo, luego de preguntarle su opinión sobre el caso de la menor de 12 años que dio a luz.

“Primero, el abuso a los niños, no podemos tolerar esto”, agregó, “segundo, la inocencia de una niña que fácilmente puede ser engañada, comprometida y ofendida de esa forma”.

Señaló que desde su punto de vista, los papás deben cuidar más a los adolescentes y a los niños y a las niñas, tener atención en cuáles son los ambientes que frecuentan, quiénes son las amistades con las que comparte y convive.

“Ahí pueden seguirse muchos riesgos y peligros para ellos, es falta de principios y falta de valores; la vida es un gran don y el poder dar la vida como padres, como esposos, ese don se acrecienta y es la prueba de confianza del Señor.

“Dios creó el alma, los padres en un acto de amor forman el cuerpo, Dios infunde el alma en aquel ser que ellos conyugalmente realizan, es un ser humano”, expresó, “entonces ayudar al Señor a hacer una persona a un ser vivo es algo milagroso, estoy seguro que hay que respetar”.

Sobre el matrimonio

De la importancia de denunciar casos de abuso y riesgo, dijo que aunque a veces hay miedo, sí es importante acusar a personas que puedan representar un riesgo de abuso, sobre todo de los niños.

Además, sobre la unión legal entre dos hombres celebrada hace unos días en Baja California, el prelado comentó que la Iglesia reconoce el matrimonio sólo entre hombre y mujer, ya que así lo instituyó Dios.

“Nosotros como Iglesia respetamos la institución del matrimonio como Dios lo hizo, en principio en el paraíso los hizo hombre y mujer, los creó para que sean esposos y Cristo repitió esta enseñanza.

“El apóstol lo vuelve a retomar, que el hombre dejara a su padre y a su madre para unirse a una mujer”, añadió, “para ser su esposo y vivir los dos en esa unión para que sean capaces de formar una familia procreando a los hijos, la institución de Dios, el mandato de Dios es hombre y mujer”.