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Historias de vida en Hermosillo: Don Enrique ya cuenta con un siglo de experiencias

Don Enrique Ibarra Cota cumplió 100 años y recuerda su vida entera como si hubiera sido ayer

HERMOSILLO.- Don Enrique Ibarra Cota ya no tiene fuerza en sus piernas y se apoya de una silla de ruedas para moverse, dice que ha perdido sus dientes, pero no su carisma ni sus ganas de contar todas las historias que recuerda.

Y es que a pesar de los 100 años recién cumplidos, aún conserva su buena memoria y platica anécdotas que pasaron hace más de 80 años con lujo de detalles.

Nació el 13 de julio de 1921 en Hermosillo, pero como su fecha de registro fue el 15 de julio, este día es el que se celebra y recientemente festejó con su familia la llegada a un siglo de edad.

Don Enrique fue a la escuela Cruz Gálvez en Hermosillo, entre sus compañeros tuvo a don Poncho Durazo, papá del gobernador electo Alfonso Durazo.

A los 11 años se fue con su familia a Navojoa, donde vivió gran parte de su vida y asegura es la ciudad a la que más cariño le tiene.

Ahí hizo su carrera de comerciante, con un puesto en el Mercado Municipal creó la dulcería Ibarra, donde trabajó más de 50 años y estuvo a punto de ser el administrador.

Me dediqué al comercio, dilaté 51 años trabajando en la dulcería y cuando ya crecieron mis hijos fue un desparramo donde quiera, unos viven en Hermosillo, Obregón, Navojoa y Estados Unidos, platicó.

El Imparcial: imagen de artículo

A su esposa la conoció en Hermosillo en la escuela Felipe Salido, asegura que cantaba muy bonito y en su juventud acostumbraban a ir al Cine Noriega, en Navojoa, donde pasaban películas mexicanas y el boleto de entrada costaba diez centavos.

Tuvieron 12 hijos y ella falleció hace más de 20 años a la edad de 65, a causa de un infarto.

Se murieron tres hijos, ya no quiero yo, es muy triste ver un hijo muerto, se murieron dos hombres y una mujer, fallecieron y me quedan nueve todavía, todos están casados, tienen familia y trabajan, comentó.

Desde joven practicó frontón en la Casa del Pueblo, ubicada en lo que hoy es el Parque Infantil; no usaba raqueta sino la mano y llegó a ganar premios estatales.

Su padre era policía en Hermosillo y falleció a los 50 años, su madre falleció a los 90. Tuvo seis hermanos y aún viven algunos.

Una vida sin vicios y de practicar deporte pudiera ser el secreto para llegar a los 100 años, aunque aseguró que la familia de su mamá ha sido muy longeva; su madre murió a los 90 años, unos tíos también pasaron las nueve décadas y su hermana falleció hace poco a los 99 años.

Es lo que más hice; fui muy deportista. No fumé, no tomé, eso quizá me hizo durar. Tomo una que otra cervecita, pero no soy borracho, dijo entre risas.

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