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Hermosillo: Para Adriana la repostería le da dulces satisfacciones

Adriana Segovia dejó su trabajo en una maquila y ahora prueba el éxito con su propio negocio

Hermosillo: Para Adriana la repostería le da dulces satisfacciones

HERMOSILLO, Sonora.- En un cuartito adaptado dentro de una ferretería por la colonia López Portillo, Adriana Segovia Ruiz emprendió su propio negocio de repostería, La Sweetery.

La joven de 26 años de edad decidió dedicar todo su tiempo a lo que más le gusta: Hacer y degustar distintos tipos de postres, y ahora, a casi dos años de su inauguración, planea instalar un establecimiento.

Desde chiquita me ha gustado mucho, hacía bollitos, dulcecitos, cualquier cosa pequeña, las hacía en mi casa y como mi familia estaba cansada de comer tanta repostería, decidí empezar a vender”, relató.

En enero del 2020 comenzó a ofrecer sus productos por Internet para vender el Día de San Valentín y, contó, se sorprendieron de la inesperada demanda que tuvieron sus productos.

“Fue una locura porque era la primera vez que vendía algo en mi vida, así que fue demasiado, un caos. Estaban mi mamá, mi familia y mi novio en ese entonces”, recordó.

• Adriana también trabaja en eventos como cumpleaños, quinceañeras y bodas, instalando una carretita, que ella misma diseñó, surtida con sus postres.

AUTOEMPLEO

Además de la repostería en la que invertía sólo medio tiempo en sus inicios, Adriana trabajaba en una maquila, pero por la cuarentena se vio en la necesidad de trabajar en casa, lo que le dio tiempo para atender más pedidos.

Renuncié después a mi trabajo para enfocarme a esto, empecé a hacer ramos de donas para el Día de la Madre y me fue bien ahí, se me ocurrieron letras, números, corazones, figuras de cartón para ofrecerlas con relleno de donitas”, indicó.

Su esposo, con quien a principios de este mes cumplió un año de matrimonio, también es emprendedor, pues él decidió renunciar a su empleo en una mina para hacer su propio negocio de ingeniería eléctrica.

La ferretería empezó en marzo de este año, es de los dos, pero él fue el que empezó emprendiendo y me animó a hacer mi negocio. Llegué a un punto en que comencé a recibir muchos pedidos y me di la disponibilidad para trabajar de inmediato si lo necesitaba”, declaró.

MADRE E HIJA

El impulso que la hizo iniciar se lo dieron su familia, amigas y su esposo, reconoció, pero su interés nació con su mamá, pues a ella también le gusta la repostería y juntas aprendieron poco a poco.

“Aprendí a prueba y error, al principio era muchísima merma, estábamos mi mamá y yo rompiéndonos la cabeza, tirábamos mucho chocolate y harina, el sabor siempre salía rico pero no se veían tan apetitosas”, expuso.

Al no tener tiempo por su trabajo, dijo que envió a su mamá a unos cursos y ella después le enseñaba para conocer más sobre los postres y su presentación.

“Las decoraciones nos quedaban muy feas, mis amigas me dijeron que lo intentara y ahí me fui soltando… ahorita hago diseños más bonitos, no soy experta ni una artista, pero ahí voy aprendiendo”, añadió.

Yo soy muy luchona, no me rajo, acepto todos los comentarios para agarrar lo bueno, para ver qué es lo que puedo ir cambiando, qué puedo mejorar tanto personal como en el negocio”, agregó.

Por Youtube, cursos u otro medio, remarcó, sigue con clases para aprender, crecer y posicionar su emprendimiento.

Adriana se capacita constantemente para hacer crecer su negocio de repostería.

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