HERMOSILLO, Sonora.- María Antonia Gaxiola tiene más de 30 años como docente, y la mayor parte de su experiencia laboral ha trabajado con niños con discapacidad o autismo, siendo para ella una meta poder integrar a estos menores a la sociedad y darles una educación exitosa.
Yo como maestra tengo más de 30 años, ya estoy casi por jubilarme, y de esos 27 he trabajado con niños con diferente discapacidad, tanto motriz, como intelectual, y niños también con autismo.
“Actualmente, estoy en el CAME #3, y en un salón puedo tener niños con problemas para
caminar, débiles visuales, niños con autismo, son varios los casos, entonces debemos estar preparadas y capacitadas para poder atender a cada uno”, contó.
Esta tarea no es algo fácil, aceptó, sobre todo cuando tiene niños con autismo, ya que requieren una atención más personalizada, y mayor tiempo para poder integrarlos con los demás.
Es muy satisfactorio ver cómo avanzan, muchas veces no ves un cambio muy drástico, por ejemplo, si el niño no tomaba una crayola y ya la empezó a tomar o logró hacer un garabato en la hoja, eso para mí es un logro, y me emociona mucho, los festejo y busco motivarlos a ir por más", comentó
Aun así, ella jamás se ha rendido con ninguno de sus alumnos, y está convencida de que cada uno tiene un gran potencial que explotar y busca dar lo mejor de si para lograrlo.
“Cada niño que nos llega es diferente, y es más marcado con los pequeñitos con autismo, porque hay algunos que corretean, que son violentos, otros que son más retraídos, o más sociales, pero todos pueden ser muy funcionales e independientes si les dan un seguimiento adecuado.
“Yo cuando recibo un niño veo cómo se comunica, cómo es su conducta, cómo se desenvuelve o se desempeña, y ya de ahí me enfoco en sus necesidades, hablo con sus papás, me apego al área de sicología, trabajo social, área médica, y vemos las áreas de oportunidad del alumno para apoyarlo”, expuso.
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