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El Imparcial / Hermosillo / Mentes Brillantes

Héctor Manuel ama la música

Estudia en The Juilliard School en Nueva York. 

HERMOSILLO, Sonora.- Desde sus primeros nueve meses de vida, Héctor Manuel comenzó a demostrar su pasión por la música a través de sonidos y movimientos con el biberón; hoy a sus 21 años, estudia la universidad en Juilliard, en Nueva York.



Héctor Manuel Noriega Othón tenía apenas 3 años cuando sus padres lo llevaron al sicólogo, pues su comportamiento reflejaba un padecimiento emocional que ellos no lograban comprender.



"Nosotros venimos de una familia de músicos, de Mátape, tanto por parte de mi mamá como de mi papá hay muchos: Tíos, primos, sobrinos, todos; la música es regional, como cumbias y banda.



"Mi mamá me llevó con un sicólogo porque tenía una enfermedad emocional, la única manera de sacarlo era a través de la música, era mucha emoción, entonces a los 3 años empecé a tomar clases de piano", relató.



Detalló que a los 6 años comenzó a tocar su segundo instrumento: El saxofón; y aunque su sueño era aprender clarinete, sus manos y brazos todavía eran muy pequeños para lograrlo.



"Mi primo me daba las clases, las tomé durante cuatro años y también tocaba en el grupo de ellos, me hacían trajes y me vestían igual que ellos, pero yo estaba bien chiquito; incluso el sax que tenía era más chiquito, se llama Soprano Sax y físicamente es más pequeño", describió.



EMPIEZA A CRECER



Al cumplir su primera década de vida ingresó a la Casa de la Cultura, en Hermosillo; ahí, puntualizó, conoció a quien se convertiría en su maestro de clarinete,quien lo alentó a luchar por su sueño.



"En ese entonces quería tener un grupo como los de aquí, quería ser famoso, soñaba con algo así, pero fui creciendo y empecé a ver otras cosas; no nací en el mundo de la música clásica, incluso a mi familia ahorita se le complica, porque es un mundo muy distinto a la música de banda o a las cumbias de aquí", enfatizó.



APOYO DE SUS PADRES



El joven músico explicó que aunque todavía toca el saxofón, sus estudios los enfoca en el clarinete, pues una de sus metas es formar parte, algún día, de una de las orquestas más reconocidas en Estados Unidos o Europa.



"Algo muy importante, es que mis papás siempre me apoyaron en todo, llevándome a los ensayos, a las clases, sobre todo mi mamá, buscando puertas", expresó.



Luego de buscar becas en distintas escuelas de música en Estados Unidos, Héctor logró ingresar a The Juilliard School, donde la institución cubre sus gastos de hospedaje, alimentación, seguro médico y colegiaturas.



"Hice varias audiciones y me aceptaron en todas, y en todas me ofrecían becas completas en colegiatura, pero en Juilliard existe una beca específica, donde el jurado solamente da 15 a los mejores músicos, a quienes tienen más potencial", indicó.



Con sus logros agradece a sus padres el apoyo que le han brindado, enfatizó, pero sobre todo a su mamá, quien a diario lucha por conseguir los recursos económicos que él necesita para alcanzar su sueño.



"Hace infinidad de cosas para vender y se mueve en todo", añadió, "si voy a tener un viaje, hace una actividad específica para que todo lo que se recaude sea para ese viaje; tiene muchísimas ideas y siempre está ahí, al pendiente, nunca falta".

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